Conocemos el concepto de la tarifa plana desde hace muchos años, en aquella época en la que todos esperábamos impacientemente la llegada de las seis de la tarde para poder conectarnos a internet sin recibir sustos en la factura telefónica. Pero poco a poco esta tarifa ha salido de las conexiones a internet para aterrizar en infinidad de servicios.
LLamadas telefónicas, consumo de películas, música y series mediante streaming, envíos prioritarios o encargos regulares en Amazon, contenido exclusivo en algunos medios, libros con 24symbols, mantenimiento de algunos servicios profesionales e incluso "el alquiler" de las aplicaciones de Adobe. Poco a poco, la idea de pagar una cantidad fija y regular por un servicio se va implantando más y más. ¿Qué será lo siguiente?
h2. La tarifa plana en nuestros "recados" del día a día
Si nos centramos en España, podríamos ver la llegada de lo que está implantando Amazon en Estados Unidos y el Reino Unido: recibir a la puerta de nuestras casas todos los artículos básicos que nos vayan haciendo falta, sin necesidad de tener que ir al supermercado nosotros mismos. Todo por un módico precio al mes, como podéis ver en este ejemplo de comida de gato.
También podemos pensar en algo así para la comida preparada: servicios como Just Eat podrían llegar a ofrecer algo así como "por N euros al mes, puedes hacer X pedidos a nuestros restaurantes". Habría mucho trabajo para acordarlo con esos restaurantes, pero así incluso animaríamos al cliente a utilizar más el servicio asegurándose que por una cuota mensual lo usará un mínimo de veces. Alguien que tenga sus pinitos en una cocina también podría hacer lo mismo: preparar platos caseros para sus clientes con una tarifa plana.
Llevar los bonos de transporte a servicios como Uber o Hailo da que pensar: ¿Qué tal poder coger un número determinado de Taxis de esos servicios pagando una tarifa plana mensual? No sería algo barato, ni mucho menos, pero podría salir a cuenta para todos aquellos que necesiten desplazarse rápida y frecuentemente por las grandes urbes.
Otra cosa con la que no dudo que habría cierta clientela en nuestro país: servicios de lavandería como la de Prim, una startup en San Francisco que recoge la ropa sucia de tu casa y te la devuelve limpia sin que tú tengas que preocuparte de cogerla. En ese caso concreto se cobra por cantidad de lavados, pero también podría aplicarse una tarifa plana para que nos olvidemos de lavar la ropa si tenemos muy poco tiempo. Y también podríamos pensar lo mismo para servicios de limpieza del hogar, por ejemplo. San Francisco es la pionera en estos casos, pero algo así en Barcelona o Madrid es completamente factible.
Si tiramos algo más del hilo podemos meter en el ajo algunos servicios especializados, como por ejemplo Birrabox y sus cajas de cerveza importada que te llegan a casa por unos quince euros mensuales o el asesoramiento dietético personal desde el iPhone de Rise. Lo mismo se podría aplicar, por ejemplo, para entrenamientos de ejercicio adaptados individualmente o consejos de recetas de cocina.
Por último, el ocio fuera de los servicios online prácticamente se beneficia ya de una tarifa plana. Hay algunas salas de cine que ofrecen una tarifa plana con la que puedes venir al cine cierta cantidad de veces al mes. Sólo haría falta que esa tarifa plana se pudiera contratar y gestionar desde un servicio en línea competente para poder añadir a los cinéfilos en esto.
Como veis, todo es darle al coco y encontrar ideas por las que alguien estaría dispuesto a pagar una cuota mensual. Me da que en futuro esta tendencia no va a hacer más que crecer.
Imágenes | mager, sodaniechea, Sean Freese En Genbeta | eBay, Amazon, Google y la carrera por las entregas en el mismo día
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