Confiamos tantas cosas de nuestra vida en las aplicaciones de nuestro móvil, que no somos conscientes de hasta qué punto el destino puede depender de ellas. Y cuando alguna de esas apps falla o no funciona correctamente, las consecuencias pueden ser desastrosas.
El último ejemplo ha ocurrido en Texas, Estados Unidos, donde una empresa de demoliciones ha tirado abajo por error la casa colindante con la que realmente debía ser derribada. ¿La culpa? De Google Maps, por supuesto, que no les indicó bien la dirección.
La historia parece de risa, pero para Lindsay Díaz y Alan Cutter, los vecinos afectados por el error, debe de tener muy poca gracia. Ambos eran propietarios de un dúplex dividido en dos en Rowlett, Texas, que fue afectado por un tornado el pasado mes de diciembre. Díaz había solicitado un permiso para empezar con los trabajos de reparación en su parte de la vivienda, tras varios meses de gran esfuerzo y sacrificio para poder reunir el dinero necesario. El dúplex, según los análisis de los ingenieros estructurales, no necesitaba ser derribado. "El informe decía que la estructura se mantenía sólida", dice Díaz. "Sólo había que reemplazar una pared y algunas vigas del techo, pero la casa estaba estructuralmente en buen estado".
Sin embargo, el martes pasado Lindsay recibió una llamada en su móvil mientras volvía del trabajo. Eran sus vecinos, los Cutter. Una empresa de demoliciones había venido y había derribado el dúplex por completo. No quedaba nada en pie.
¿Qué había pasado? Un terrible error: la empresa de demoliciones debía tirar a tierra una casa situada en el número 7601 de Cousteau Drive, pero en lugar de eso, derribó la casa situada en el número 7601 de Calypso Drive, a sólo un bloque de distancia, que es donde estaba el dúplex de Díaz. ¿Y cómo han podido equivocarse con algo así? Aparentemente, fue culpa de Google Maps.
Al menos eso es lo que se deduce de la respuesta que ha dado la empresa a la petición de explicaciones por parte de Díaz. Un empleado les envió capturas de pantalla de Google Maps, mostrando cómo la flecha del mapa, configurado para mostrar la dirección de Cousteau Drive, apuntaba en realidad a Calypso Drive.
De momento, ésta es la única respuesta que la empresa ha dado a Díaz, que asegura que hasta ahora nadie le ha pedido disculpas por el tremendo error. Ella, por su parte, ha presentado una denuncia a la policía de Rowlett para asegurarse de que todo quede debidamente documentado.
Cuando las apps fallan, (casi) todo falla
No es la primera vez que vemos casos como el de Díaz. Aunque las apps de mapas y GPS cada vez funcionan mejor y dan resultados más exactos, en ocasiones conviene no fiarse al 100% de ellas. En Reino Unido, por ejemplo, un hombre estuvo a punto de despeñarse por un barranco con su coche, siguiendo ciegamente las instrucciones de su GPS.
En otra ocasión, una mujer que pretendía hacer el trayecto desde su localidad natal Solre-sur-Sambre hasta Bruselas acabó nada menos que en Zagreb, a más de 1.300 kilómetros de su casa, también por seguir sin rechistar al GPS - y no plantearse por qué el viaje estaba durando tanto.
A veces, confiar demasiado del GPS puede tener consecuencias realmente serias, más allá de la mera anécdota. En el accidente de autobús del verano pasado en Lille (Francia), donde el vehículo quedó atrapado en un túnel demasiado bajo para que pudiera pasar, el conductor reconoció que "se fió del GPS sin prestar suficiente atención a la ruta".
Es más, ni siquiera hay que salir fuera de España. En 2010 un hombre murió ahogado en un pantano de Capilla (Badajoz), siguiendo las indicaciones del GPS. La Junta de Extremadura, cuatro años después, fue obligada a indemnizar a la familia con más de 270.000 euros, según la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, por la mala señalización de la carretera.
Vía | Engadget
En Xataka | 17 trucos (y algún huevo de Pascua) para ser un completo maestro de Google Maps
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