Cuando hablamos de publicidad en las páginas web que visitamos por lo general se trata, en muchos casos, de publicidad contextual. Es decir, para cada usuario se mostrará un anuncio distinto en función de sus hábitos de navegación. O dicho de otra manera, se recopila información de los sitios que hemos visitados para que los anuncios que se muestren se aproximen a la información que buscamos o visitamos en la red. Por eso quiero que me rastreen y muestren publicidad que me interesa en las páginas que visito.
Una de las claves del éxito de la publicidad es la segmentación. Se trata de mostrar los anuncios en función de la pertenencia a determinados grupos, ya sea por edad, sexo, grupos sociales, etc. Esta publicidad se implementa muy bien por ejemplo en las redes sociales, donde tenemos toda una serie de datos en nuestro perfil que sirve para segmentar a estos usuarios. Pero también Google dispone de una gran cantidad de información sobre nosotros si utilizamos alguno de sus servicios.
El Do Not Track y la ley Anticookies
Si no tenemos estos datos en los equipos, no estamos registrados, etc. estos datos los recogen del historial de navegación. Es decir, los sitios web que hemos visitado. De manera que si de forma frecuente visitamos un sitio como Xataka, los anunciantes nos etiquetan en el grupo de usuarios interesados en la tecnología y los gadgets.
Por lo tanto tratarán de mostrarnos anuncios en los espacios habilitados a tal efecto en las páginas que visitamos relacionados con la tecnología y los gadgets en lugar de anuncios de automóviles que tal vez no nos interesan. De esta manera, se utilizan estos datos para mostrar publicidad a la carta para cada usuario en función de sus intereses.
Para ello se utilizan las cookies de rastreo, que son las encargadas de recopilar esta información y transmitirla en el momento de montar la web para que el anunciante sepa que tipo de publicidad puede ser más interesante para nosotros. El problema es que la mayoría de los usuarios no son conscientes de que esto ocurre.
En la Unión Europea se ha tratado de solucionar legislando al respecto. La Ley Anticookies obliga a las páginas web que incorporarán estas cookies de rastreo en nuestros navegadores a requerir el consentimiento previo de los usuarios antes de su instalación. De esta manera es el usuario el que decide si desea que se muestre publicidad a la carta o genérica.
A nivel mundial se está trabajando con el Do Not Track lanzado por Mozilla y adoptado por otros navegadores, algunos como IE10 de forma predeterminada. Se trata de enviar una señal que indique a los servidores de páginas web que el usuario no quiere ser rastreado, para que no instalen estas cookies de rastreo.
Sólo expresa un deseo del usuario. Por lo tanto es sólo una recomendación no una obligación. O dicho de otro modo, el responsable de mostrar los anuncios pueden decidir no hacer caso a esta cuestión, instalar la cookies de rastreo en el navegador y mostrar anuncios en función de los hábitos de navegación de los usuarios. Tanto si está activado por defecto en la configuración como si no, no tienen por qué respetar los deseos del usuario.
Pon anuncios que me interesen, pero no que me molesten
Más allá de esta cuestión de respeto de los deseos del usuario, si es necesario recoger su consentimiento previo o no, lo cierto es que yo si quiero que me muestren publicidad interesante en las páginas que visito. Será mejor para mi que muestren anuncios relacionados con tecnología que son las páginas que más visito, que soluciones milagrosas contra la caída del cabello. No me interesa, la batalla ya la tengo perdida hace muchos años.
Y también es bueno para el negocio de la publicidad. Porque nadie quiere gastar el tiempo intentando vender a aquellos a los que no les interesa su producto. Por mucho que muestren anuncios de automóviles a mi abuela en la televisión no va a comprarse uno. Tiene más de ochenta años y no tiene carnet de conducir. Esta publicidad no le interesa y por mucho que se empeñen no comparará un coche.
Más que la publicidad que nos muestran lo que es molesto es cómo la muestran. Como usuario lo que no me gusta es que la publicidad invada es espacio destinado a la información que busco o consumo. Grandes pantallas que me hacen esperar para ver el contenido que deseo. Mi grado de atención en estos casos tienda cero. Esto es lo que me resulta molesto, no el contenido de la publicidad en si misma.
Una publicidad personalizada mejora mi experiencia de navegación. Me hace descubrir páginas nuevas o servicios que pueden ser interesantes para mi. No tiene nada de malo. Ya decidiré yo luego si quiero comprar o no. No me parece que sea un invasión de mi intimidad. De hecho me gustaría que en la televisión me crearan un sistema similar para no tener que tragarme una batallón de anuncios que no me interesan.
En Genbeta | El W3C propone unificar el estándar “Do not Track”
Imagen | UofSLibrary