En la última semana se han anunciado los dos productos estrella de Microsoft y Google, que marcarán el desarrollo a medio plazo de las dos compañías en Internet. En ambas están depositadas bastantes esperanzas, pero me llama muchísimo la atención que ni los enfoques ni los productos son comparables. Mientras Google Wave pretende lanzar un producto universal para las comunicaciones que posiblemente peque de ambicioso y de estar adelantado a su tiempo, Microsoft quiere cambiar el presente con técnicas de 1999: lanzando un nuevo buscador generalista.
Como bien dice Microsoft, su Bing significa Bing is not Google, Bing no es Google, y no hace falta que lo juren. Pero las diferencias no terminan ahí, no son solo el poder de sus marcas. Ahora comentaré el aspecto más importante para el éxito/fracaso de estos productos que, bajo mi punto de vista, puede explicar por qué la mayoría de blogs alabamos hasta el más nimio cambio de color de un servicio de Google, pero casi siempre somos reacios a comentar la inmensa actividad de Microsoft salvo en los anuncios grandes, siendo difícil encontrar muchos Yirá (en todos los buenos sentidos).
Me refiero a la abertura de sus estrategias, más patente que nunca con estos dos ejemplos. Wave es un producto que define a la compañía que lo crea: no solo es completamente interoperable gracias a una API abierta desde el principio, con plugins y “robots” que lo integran con servicios externos, sino que el producto/protocolo en sí es completamente de código abierto y cualquiera podrá bajarlo, modificarlo e instalarlo en su propio servidor. Sí, sigue siendo una gran empresa la que decide en gran parte su desarrollo, pero cualquiera (cualquiera, hasta Microsoft) puede modificarlo y crear un producto similar con características adicionales y valor añadido.
Bing, por el contrario, es una apuesta interesante en tanto en cuanto integra muchos servicios de Microsoft que hasta ahora eran poco utilizados. Pero desde su nacimiento es cerrado: su plataforma, su contenido, cero posibilidades de expansión por terceras empresas, nada de 2.0 o colaboración con otros usuarios. Pero es que encima no pone sobre la mesa ninguna idea original, como decía Yirá es un auténtico refrito de lo que ya tenían, un movimiento de marketing puro.
Ni siquiera bajo la premisa de que los usuarios de Google estuvieran insatisfechos con el buscador, ese camino sería el correcto. Ahora y siempre, los usuarios quieren resultados relevantes, y punto. Y, por muchas herramientas que añada, los resultados siguen siendo los mismos que con Live, ni nuevos algoritmos ni ninguna mejora de base. Si algún día los resultados devueltos son equivalentes, entonces sí que la batalla sería sobre quién tiene esos pequeños añadidos útiles. Mientras tanto, Bing compite con Trabber y demás buscadores verticales, pero no con Google.
Estas enormes diferencias las podemos encontrar en muchos productos, probablemente el tándem Chrome/Internet Explorer sea el que más se parezca a esta situación. Uno por ser de código abierto y estrictamente pegado a los estándares; el otro por ser… en fin, ya me entendéis.
Tampoco estoy afirmando o negando la mayor: Google tiene también su lado oscuro, y Microsoft propone con relativa frecuencia también bien pensados e interesantes. Las malas formas de Google las aplica a sus vacas lecheras, las que le dan de comer: las búsquedas y la publicidad. En esos dos campos es un monopolio con productos cerrados y con estrategias bastante agresivas para la competencia. Eso sí, hay que reconocerle que ese monopolio viene en gran parte porque sus usuarios les han elegido al ofrecer productos superiores a la competencia y gratuitos (búsquedas, Gmail, Google Docs, Reader…), mientras que los monopolios de Microsoft tienen otros orígenes aún más dudosos. Uno brilla en un mundo con enorme competencia y el otro brilla en un mundo sin competencia.
Pero como decía, Microsoft tiene algunos productos excelentes, y es normal, ya que tienen cientos de proyectos de todos los campos llevados por gente interesante y grandes ingenieros (y con ingeniero no me refiero a alguien con carrera sino a todos los técnicos y no técnicos que contribuyen en su software). Un buen ejemplo es la sección que más rendimiento le está dando, la de las consolas con su XBOX360. Excelente relación calidad/precio, mejor experiencia online que cualquiera de sus otros servicios y una buena colección de títulos, qué más pedir.
El problema de Microsoft es la estrategia global que busca y no encuentra, y lleva así desde que cambiamos de milenio. Muchísimos proyectos desperdigados que carecen de una meta común y que sufren las dudas que la actual dirección desprende. No saben cómo acometer Internet y parecen desesperados por poseer la corona de este reino virtual que debería ser suya por derecho divino, de una manera similar a lo que están sufriendo en el mundo de los móviles. Bing ya es el enésimo cambio de su estrategia unificadora online, certificando el relativo fracaso de esa maraña de servicios triplicados que es Live. Microsoft y Yahoo!, partiendo desde polos opuestos, tienen hoy en día los mismos problemas en Internet.
Otro hecho a reconocer es que, aunque no empezaron bien en Internet al intentar crear una red paralela con sus contenidos, formó la primera gran comunidad mundial en manos de una sola empresa: la de su Messenger. Desde entonces, si bien sigue teniendo una importante fuerza, ha perdido mucho protagonismo y sus usuarios cada vez son menos activos por el impulso de otras formas de comunicación, especialmente las redes sociales. Y creo que no sorprendo a nadie al afirmar que ese gradual traspaso de usuarios se podría haber evitado al menos en el mundo hispano si los Spaces de Microsoft hubieran tenido un mínimo de calidad.
Mientras tanto, Google sigue en su trayectoria como empresa nacida de la web, partiendo de productos de calidad y atrayendo a los usuarios más expertos (exactamente al contrario que Microsoft). También se ha visto sobrepasada por las cacareadas redes sociales, pero en lugar de ser lastimada, desde mi punto de vista puede acabar saliendo muy beneficiada. Si en la actual web 2.0 las ofertas sociales de Google han tenido un éxito muy concentrado en países (Orkut) o entre cierto corte de usuarios (Gmail/Google Reader), Wave directamente dispara a esa Web 3.0 social que además es omnipresente, fácil de usar y potente.
En definitiva, Google sigue siendo el ejemplo perfecto de un equipo de ingenieros excelente con relativa libertad en su trabajo que incomprensiblemente gana dinero pasándoselo bien. Microsoft es el ejemplo perfecto de un equipo de ingenieros excelente con algo menos de libertad en su trabajo y que incomprensiblemente no gana tanto dinero como sus jefes esperan. Barcos equivalentes, capitanes dispares. No digo que dejen de ser empresas y que se olviden de la importante (vital) búsqueda de beneficios como si fueran startups, pero Microsoft claramente se está comportando en Internet como una ballena en un pecera, y no vendría mal que entendiera el medio de una vez por todas.
Bonus: la única crítica negativa hacia la segunda gran utopía de Google después de Gmail la he leído en PCWorld, y me gustaría comentarla brevemente porque me parece incomprensible. En el artículo las mayores críticas son que el sistema de conversaciones a la Gmail resulta lioso y que no tiene en cuenta la movilidad. Lo primero es posiblemente el mejor tratamiento de emails que existe, y lo segundo cualquiera puede comprobar que es mentira, ya que el mismo día de su anuncio también presentaron versiones preliminares para Android y iPhone. Que acabe comparándolo con Outlook solo reafirma que el artículo está escrito para provocar. Ejem, no como este.
En Genbeta | Google Wave, la revolución de las comunicaciones
En Genbeta | Bing, el nuevo buscador de Microsoft