Un proxy es un servicio online que actúa como intermediario entre nuestro navegador y el servidor al que queremos acceder, enmascarando así nuestra IP. Es habitual usar uno de ellos cuando queremos saltarnos una restricción de contenidos.
Dicha restricción puede darse bien por parte del servidor, basada en la geolocalización (por ejemplo, Netflix, cuando no nos permite acceder a nuestra cuenta desde otro país) o bien cuando una URL está restringida en la red local desde la que accedemos (en instituciones públicas ocurre a menudo.
Entre la multitud de servicios proxy gratuitos que podemos encontrar en Internet, te indicamos algunos de los más recomendables:
Hide.me
Hide.Me ("Escóndeme") es uno de los servicios de proxy web más conocidos y populares. No retiene nuestros datos y, además, la URL que nos proporciona para enmascarar nuestra identidad caducará una vez cerremos el navegador.
Nos proporciona un bloqueador de anuncios emergentes integrado (por si no lo incluye aún tu navegador) para mejorar nuestra experiencia de uso, y además nos da la opción de bloquear scripts y controlar las cookies del navegador.
Lo malo es que, en su versión gratuita (tiene varios opciones de pago) su oferta de servidores de acceso es muy limitada, mientras que en la de pago usa hasta 1700 servidores.
También nos encontraremos limitaciones en la versión gratuita si pretendemos acceder al proxy a través de varios dispositivos simultáneamente.
4everproxy
Si recurres a un proxy para acceder a servicios de streaming de vídeos HD con bloqueos basados en la localización geográfica del usuario (categoría en la que entran tanto Netflix como YouTube, por ejemplo), entonces tu mejor opción será 4everproxy.
Ofrece 11 servidores web Europa, Norteamérica y Asia, y un número aún mayor de orígenes geográficos para la IP que se le proporcionará al servidor al que queramos acceder. Además, la IP rotará tras cada conexión que establezcamos, aumentando así nuestra privacidad.
Como otros servicios, facilita permitir o bloquear cookies y scripts, pero además permite eliminar los títulos de las páginas para que el historial del navegador tampoco nos traicione.
VPNBook
El proxy web de VPNBook es extraordinariamente sencillo: introduces la dirección a la que quieres acceder, seleccionas uno de los 4 servidores que ofrece (UK, EEUU, Canadá y Francia) y clicas en 'Go'. Listo, no hay que seleccionar ninguna otra opción (tampoco es que se nos ofrezca).
Así, automáticamente se encriptará el tráfico ("para sortear la censura gubernamental", según reza su web) y se ocultará tu IP. VPNBook destaca específicamente su capacidad para desbloquear YouTube y Facebook.
Kproxy
En principio, Kproxy nos ofrece el típico formulario para insertar la URL y seleccionar el servidor. Pero en este caso también nos permite elegir si queremos conectarnos usando HTTPS o no.
Y además, justo debajo se nos ofrece instalarnos la extensión oficial de Kproxy para el navegador (para Chrome/Edge y Frefox), de la que afirman que es
"mejor que una VPN [...] un protocolo lento y fácil de bloquear [mientras que con la extensión] tu conexión será reconocida como una conexión HTTP normal y corriente".
Además, en la web también nos ofrecen la opción de descargarnos un 'navegador Kproxy' portable y propocionan una completa documentación.
ProxySite
No aporta ninguna novedad con respecto al resto de servicios ya reseñados, pero ProxySite es un servicio de referencia, tan popular como fiable. Ofrece 25 servidores europeos y norteamericanos como opciones a la hora de conectarnos.
Además, promociona su capacidad de acceder sin problemas a sitios como Google, YouTube, Facebook, Twitter, Reddit o Imgur (cada uno de los cuales cuenta con su propio botón de acceso en la portada de ProxySite).
Desde su página de 'Ajustes' podemos configurar aspectos como el 'agente de usuario' (es decir, el tipo de navegador y sistema operativo que el proxy le notifica que estamos usando al servidor web al que nos queremos conectar).
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