Las opiniones son uno de los pilares del comercio electrónico. Entrar a una tienda en línea, fijarse en un producto y echar un vistazo a sus opiniones es algo básico para la mayoría de compradores. Pese a que veces sepamos que no todos los comentarios son verdaderos y que, a la hora de la verdad, los negativos suelen ser los más habituales porque quejarse forma parte de la condición humana.
Sin embargo, en un giro de los acontecimientos hasta cierto punto previsible, un gigante de las ventas a través de internet, Amazon, se ha convertido en un micro abierto para aprendices de humorista. Acumula en ciertos productos un gran número de comentarios que, pese a ser tan discutibles en clave de veracidad como las reseñas que se compraban en Facebook, nos sacan más de una sonrisa.
Para prueba de este peculiar fenómeno las valoraciones y preguntas que recibe un artículo tan particular como una navaja suiza con más de un centenar de funciones por algo más de 11.000 euros, gastos de envío aparte.
"Oh navaja, mi navaja"
"Encontré a un ingeniero industrial de la empresa Wenger en la navaja"
"El acelerador de partículas que trae incorporado necesita revisión"
"En realidad es muy manejable"
"Lleva una furgoneta de reparto en su interior"
"Me voy directament al hiperespacio"
"Vivo en un juego de Saw constante"
"Bastante ergonómica"
"Incluye un modelo básico de Terminator"
"No he tenido tiempo de probar la tienda de campaña ni la sierra para cortar secuoyas"
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