Desde que Google revolucionó el mercado de los buscadores, hace casi una década, se ha visto muy poco movimiento en el sector. Google continúa dominando el mercado, con una cuota del 75% en Estados Unidos y del 96% en España, y no se vislumbra una alternativa que pueda restar poder al buscador. DuckDuckGo lo está intentando, pero existen una serie de factores que juegan en su cdontra.
DuckDuckGo es la creación de Gabriel Weinberg, licenciado en física del área de Philadelphia que en el 2006 vendió su anterior startup, The Names Database, por $10 millones de dólares. Su hastío con la forma en la que Google trata temas como la privacidad le llevó a crear una alternativa para todos aquellos que se preocupan, quizás en exceso, por lo que el gran buscador conoce sobre ellos.
Como ya comentamos con anterioridad en Genbeta, una de las características que más se suelen resaltar de DuckDuckGo es su respeto por la privacidad. Mi compañero F. Manuel escribió hace casi un año que “el proyecto es de código abierto y está escrito en Perl, alojado en un servidor Nginx ejecutándose sobre FreeBSD, que también son tecnologías de código abierto”. Toda esta estrategia es resultado de la preocupación de Weinberg por ofrecer un producto que satisfaga las necesidades de un grupo de usuarios cada vez más preocupados por la privacidad online.
DuckDuckGo ofrece además una serie de características que suelen ser bien recibidas por sus usuarios: un sistema que define mucho más nuestras búsquedas (utilizando expresiones como !i para imágenes, !maps para mapas o !amazon), una interfaz limpia y sencilla, y unos resultados que no se encuentran contaminados por decenas de bloques de publicidad.
Afirmaba Weinberg en una entrevista con el Washington Post que su intención no es crecer la empresa por encima de sus posibilidades, optando en cambio por la conocida filosofía “lean startup” acuñada por Eric Ries. “Mi objetivo nunca ha sido maximizar ingresos. Me gusta el modelo de Craiglist: ‘stay lean’. Centrarse en hacer lo que haces bien”. Esta filosofía y forma de desarrollar el producto le llevó a centrarse desde un primer momento en los primeros resultados de una búsqueda, con la convicción de que “si puedes controlar los tres primeros enlaces controlas el 80-90 por cierto de las búsquedas”
Pero la gran pregunta que muchos se hacen al analizar DuckDuckGo es si todo lo anterior es suficiente para conseguir una masa crítica y un gran número de usuarios. Como ya expresé en su momento, en la entrevista con Alejandro López Monge de Spotbros, creo que el usuario medio no se preocupa en exceso por la seguridad. En el sentido de no considerar la seguridad como una característica que pueda decantar la balanza entre un servicio aparentemente más seguro y otro que no lo sea.
La competencia y los retos a los que se enfrenta DuckDuckGo
Es por ell que a pesar de experimentar un crecimiento impresionante en el 2012, los retos a los que se enfrenta DuckDuckGo son varios y de diversa naturaleza.
El primero de ellos es el nombre: DuckDuckGo es un nombre malísimo para un servicio web. Es muy largo, está formado por tres palabras y no es fácil de escribir cuando se compara con otros términos como pueden ser Google, Yahoo o Bing. Además, no tiene un verbo fácilmente asociable como en el caso de Twitter o en el mundo anglosajón con “google this or that”.
El nombre, la marca, es una de las principales críticas que se suelen realizar sobre DuckDuckGo. Y aunque la culpa de algo así recae sobre la persona que escogió el nombre en su momento, Gabriel Weinberg, desde hace un tiempo es un tema que está intentando solucionar. Como confesaba en una nueva entrevista con el Chicago Tribune la semana pasada, en el 2010 se interesó en la compra del dominio “duck.com”, que pertenecía a On2 Technologies, aunque su oferta fue rechazada por la empresa. Curiosamente, unos meses más tarde Google compraba On2 y redireccionaba duck.com a Google.com. En dicha entrevista Weinberg se queja del trato recibido por Google en este y en otros casos (por ejemplo, al denunciar que en Chrome no sea fácil escoger DuckDuckGo como buscador predeterminado). Pero igualmente cierto es que Google no tiene ninguna obligación o necesidad a facilitarle las cosas a una pequeña empresa que, en teoría, podría acabar convirtiéndose en un competidor directo.
Pero las limitaciones de DuckDuckGo no se ciñen al ámbito de lo semántico. Si un buscador quiere obtener una cierta relevancia internacional, más allá del mundo aglosajón, necesita estar perfectamente adaptado a idiomas también mayoritarios como español, francés, alemán o incluso chino. Después de utilizar DuckDuckGo como buscador por defecto durante varias semanas creo que las versiones regionales no funcionan tan bien como la principal, hasta el punto de que comandos como !maps o !images no funcionan en su versión en español (!mapas o !imágenes).
Y quizás la cuestión principal que nos debemos hacer a la hora de analizar DDG es si realmente los usuarios tienen la necesidad de cambiar de buscador. Para millones de personas en todo el mundo “buscador” equivale a Google, “mirar algo en Internet” equivale a Google e incluso la barra de búsqueda del navegador equivale a Google. Esto es resultado de años de trabajo por parte de Google para ganarse la confianza y lealtad de millones de usuarios, empezando por el buscador y alcanzado otras apliaciones como el email, los calendarios o la ofimática, etc. Esta es una de las principales razones por las que Bing, por ejemplo, es únicamente capaz de robarle centésimas a Google en lo que se refiere a cuota de mercado. La gran inmesa mayoría de los usuarios no necesitan un nuevo buscador y están contentos con Google, por lo que no tienen ninguna razón o incentivo para cambiar de barco.
Como afirmaba Danny Sullivan, fundador de SearchEngineLand, en el artículo del Washington Post: “Es un camino muy difícil para ellos (DDG), porque la realidad es que la mayor parte de los usuarios de Google están contentos con su buscador. No tienen ninguna razón para cambiar, por lo que no lo hacen”.
Quién sabe si los planes de Gabriel Weinberg son tan modestos como su estilo de vida en la Pennsylvania rural, pero lo cierto es que convertirse en una alternativa real a Google es muy complicado. Robarles una cuota de mercado sustancial ya lo es todavía más.
Sitio oficial | DuckDuckGo
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