Que Google es una de las grandes compañías tecnológicas es algo que todos tenemos claro. Lo que empezó como un sencillo proyecto de dos estudiantes de la Universidad de Stanford se ha convertido en un gigante empresarial con millones de dólares de beneficio, y ha dado lugar además a varios productos más allá de un simple buscador web.
Pero de lo que no teníamos tanta información (al menos hasta ahora) es de cómo ha trabajado Google en esos productos hasta llegar a convertirlos en herramientas de éxito global, utilizadas por millones de usuarios en todo el mundo. En una original página web lanzada recientemente, Google pone fin al misterio explicando algunas curiosas historias sobre algunos de sus productos más conocidos.
La web en cuestión es bar.foo, y en ella podemos encontrar información sobre Google Docs, búsqueda por voz, Gmail y YouTube. Cada sección dedicada a estos productos cuenta una historia centrada en la figura de un ingeniero de software implicado en el proyecto correspondiente, recogiendo sus ideas y opiniones. También explica algunos de los principales obstáculos que los equipos de Google se encontraron en el desarrollo de estos productos, y cómo lograron resolverlos.
Así se desarrolla el software de Google
Las historias que se incluyen en bar.foo dan alguna idea de cómo se trabaja en Google, explican algunas anécdotas curiosas y cuentan también cómo se enfrentan a problemas de desarrollo. De hecho, la web en sí es una invitación a unirse a Google, si te convence lo que lees en ella y encuentras una oferta a tu medida.
Lógicamente es un texto bastante técnico, y además está en inglés. Pero incluso aunque no entiendas de programación ni seas ingeniero, resulta curioso echar un vistazo a estas historias de "detrás de bambalinas", y ser conscientes de lo mucho que cuesta desarrollar herramientas como Gmail, YouTube o Google Docs.
La edición en tiempo real de Google Docs, un proyecto secundario
En 2010, dos años antes del lanzamiento de Google Docs, los ingenieros de Google ya estaban trabajando en una de sus características más valiosas: la edición colaborativa entre varios usuarios en un mismo documento en tiempo real. Esta función empezó como un simple proyecto secundario de John, protagonista de esta parte de la historia - uno de esos proyectos a los que los ingenieros de Google pueden dedicar un día a la semana por su cuenta en horas de trabajo.
El equipo implicado en su desarrollo estaba repartido entre Nueva York, Mountain View y Sydney, y pronto se encontró con problemas. ¿Cómo permites que varias personas puedan editar un documento sin poner restricciones? ¿Y si dos personas cambian lo mismo a la vez? Aunque ya había algunas ideas sobre cómo implementar la edición colaborativa en tiempo real, ninguna satisfacía del todo a los ingenieros de Google. Finalmente dieron con una algoritmo que parecía la solución, pero que conllevaba obstáculos adicionales - entre otros, la diferencia de código entre el servidor (Java) y la web (Javascript).
Para acabar solucionando esto, los ingenieros tuvieron que reescribir desde cero parte del código core de los servidores de Google. "No hay vacas sagradas en Google", explica John. "Si la mejor solución a un problema requiere que se reescriba código de servidor, o montar uno desde cero, lo haremos".
Lo más divertido viene cuando John cuenta cómo fue la prueba de sus jefes con el primer prototipo funcional de esta característica de Google Docs. "Recuerdo la primera vez que el director y el jefe técnico estaban probándolo y editando el mismo documento al mismo tiempo. Empezaron a burlarse el uno del otro en el documento, borrando los cambios que hacía cada uno de ellos, escribiendo insultos y chistes... y yo ahí sudando la gota gorda pensando que algo se podía romper".
Por suerte, no sólo no se rompió, sino que ahora millones de personas pueden colaborar fácilmente en documentos, presentaciones y hojas de cálculo desde cualquier rincón del mundo.
La voz que aprende de tres maestros
Cuando le pedimos algo a Google Now, probablemente no nos paremos a pensar en toda la tecnología que hay detrás de ello. De hecho, según podemos leer en bar.foo, el reconocimiento de voz de Google está basado en realidad en tres modelos: el acústico, el de pronunciación y el del idioma. Cada uno de estos modelos permite a Google analizar la longitud de onda del sonido recibido, calcular porcentajes de probabilidad de los fonemas incluidos en las palabras, comparar el sonido recibido con enormes bases de datos de secuencias de fonemas, y usar el vocabulario y frecuencia de palabras de cada idioma para seleccionar la correcta. Todo esto, en apenas unos segundos.
"Cuando entré en Google en 2005, el reconocimiento de voz era sólo un campo experimental", nos cuenta Françoise, protagonista de esta sección. "Piensa que esto era antes de los smartphones, y el potencial del reconocimiento de voz todavía no era tan obvio".
Françoise nos cuenta también algunos de los principales problemas a los que se han enfrentado en el desarrollo y mejora del reconocimiento de voz, como que el sistema capturara sonido de fondo y lo convirtiera en una palabra sin sentido. Por ejemplo, "kdkdkd" aparecía a menudo cuando alguien usaba este servicio de Google en un tren - era la forma en que Google interpretaba el sonido del vagón sobre las vías. Sólo la mejora continua de los algoritmos de reconocimiento, modelos de pronunciación y aprendizaje de la máquina consiguieron solucionar estas situaciones.
"Pero hay muchos más retos a la vista", dice Françoise. Y vaya si los hay. Por ejemplo, el micrófono en un smartwatch Android (o incluso en un coche autónomo) no está pegado a la boca, y es más fácil que haya ruido de fondo al usarlo. Pero esto no hace más que alimentar su pasión. "El reconocimiento de voz es una tecnología fantástica. Llevo trabajando en ella más de 20 años y todavía me divierte cada día. Y por supuesto, ver cómo algo en lo que has trabajado desde el principio ha evolucionado y ha impactado la vida de millones de personas... es una satisfacción enorme".
Parece sólo una ventana, pero hay algo más
Aunque sólo veamos una página en blanco esperando a que escribamos un email en ella, la ventana de componer nuevo mensaje en Gmail tiene un enorme trabajo de diseño, ingeniería y desarrollo, tal y como nos cuenta Maria, la protagonista de esta sección. Su idea era la de mejorar la productividad de Gmail, algo para lo que empezaron a analizar cómo usaba la mayoría de la gente el email. "Vimos que la mayoría envía mensajes bastante cortos, pero también algunos que escriben largas composiciones ricas en formato, y queríamos hacer Gmail fácil y agradable para ambos tipos de usuario".
Crear una nueva ventana de composición no es tan fácil como parece, y enseguida se encontraron con dificultades - sobre todo las relativas a hacerlo funcionar en diferentes navegadores con la misma experiencia de usuario. "Tuvimos que escribir bastante código para que el texto se mantuviera sin saltos, sin cortes y sin cambios de formato según se iba escribiendo", cuenta Maria. Detalles tan simples como los nombres de los destinatarios que se vuelven editables al hacer clic, o la aparición de una barra de desplazamiento llegaron a dar algunos dolores de cabeza a los ingenieros.
Una vez resuelto todo, quedaba añadir funciones a este nuevo modo de composición. "La mayoría de la gente piensa que esta ventana es sólo una caja de texto en la que escribir tu mensaje, hacer clic en enviar y listo. Pero hay mucho más", nos recuerda Maria. Pues sí, porque un borrador se puede etiquetar o imprimir, se le pueden añadir emoticonos o dar formato al texto, se pueden insertar fotos... y hay además un puñado de funciones en Gmail Labs que le dan todavía más potencial. "Somos perfeccionistas, y queríamos un resultado elegante y con una experiencia sin interrupciones. Mereció la pena el trabajo".
Más vídeos, menos tiempo esperando
YouTube es otro de los productos en los que los ingenieros de Google, como Vivek, han estado trabajando en busca de mejoras continuas - en este caso concreto, evitar el buffering de vídeo que puede llegar a desesperarnos tanto.
Vivek nos cuenta en esta parte de la web su historia tratando de mejorar la calidad de experiencia cuando alguien está consumiendo vídeos en YouTube. Su proyecto empezó por un exhaustivo análisis de todos los elementos que pueden afectar esta experiencia, hasta dar con el llamado Quality of Experience System: un sistema que ayudaba a los ingenieros de Google a medir los efectos en la experiencia de usuario de cualquier cambio interno. Pero lo llamativo de la historia es que este QoE System también servía como medida para analizar al detalle qué partes del proceso de streaming de vídeo, desde el servidor hasta el usuario, tenía más impacto en la velocidad de transmisión - y la aparición demasiado frecuente del buffering.
Gracias al trabajo de Vivek y su equipo en este sistema y al desarrollo de los algoritmos necesarios, finalmente pudieron dar con una solución que permitía también a los ISPs ajenos a Google encontrar y solucionar posibles cuellos de botella en sus instalaciones. De hecho, en algunos países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos es posible ver qué tal trabajan determinados proveedores de Internet con YouTube.
Aunque aquí no acaba la cosa ni mucho menos. El crecimiento constante del tráfico de YouTube traerá sin duda nuevos retos a Vivek y su equipo. Los primeros, aplicar los conocimientos adquiridos para mejorar también la transmisión de vídeo en el móvil, y adaptar el uso de su QoE System a los mercados emergentes.
En resumen, una web para los usuarios de Google más curiosos, que quieren aprender un poco más sobre lo que hay detrás de las herramientas que utilizan cada día en su navegador.
Vía | Android Headlines
Enlace | bar.foo
En Genbeta | Google está testeando un nuevo método de identificación sin contraseñas
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