Con Google+ como eje central de su apuesta, estaba claro que no íbamos a tardar en ver integrar en la red social su apuesta en el sector de la música. De momento, es cierto que Google Music es una iniciativa tímida, centrada en el almacenamiento y no el negocio, pero el momento de tomar la iniciativa parece acercarse y puede venir de la mano de una experiencia más social.
¿Puede Google afinar la unión de Music y Google+ para tener éxito en un mercado lleno de rivales? Sí, pero ¿cómo? Quizás lo que necesita por encima de todo es diferenciarse de todo lo que ha pasado en estos tiempos. O quizás sólo comprenderlo.
‘Solitaire’: de mi habitación al mundo
De unos 20 años a esta parte, hemos visto como casi todas las areas de entretenimiento cultural iban encerrándose en nuestras casas: tenemos la alta fidelidad perfecta para no salir al cine, ya casi no existen los recreativos porque las consolas nos metieron a nuestras habitaciones, Internet está en los hogares… Pero, curiosamente, la música, que siempre fue más íntima, ha seguido saliendo a la calle gracias a la manejabilidad del mp3 y a los macrofestivales, aunque para hablar de ella hemos tenido que refugiarnos en internet.
Es más, la gente lleva desde el ya lejano Napster creando afinidades por la música que escucha. En aquel entonces y en la época de Audiogalaxy descargábamos las canciones de otros por impulso o porque nos habían dicho que podían gustarnos. Y nos quedábamos con los usuarios interesantes. En Soulseek íbamos más lejos y hasta podíamos buscar a fondo en las carpetas locales de nuestros amigos, como rebuscábamos en las cubetas de sus discos cuando íbamos a casas ajenas o las tiendas.
Llegamos a lo social, y en MySpace íbamos ensanchando nuestros grupos preferidos porque ellos mismos nos llevaban a otros. En Last.FM, buscábamos afinidades que nos dieran más y más propuestas. Y con Spotify tuvimos casi toda la música al alcance, pero no nos aislamos: al poco tiempo vivimos todo el potencial de las playlists, igual que antes nos grabábamos cintas de cassette.
‘How to Fight Loneliness’: Tú música es mi radar
La integración de Facebook con Spotify ha vuelto a demostrar algo que siempre ha estado claro en el mundo offline: la música es una experiencia individual, pero también más. En ella el concepto de prescriptor es fundamental, también porque gracias a ella nos aseguramos amigos y parecemos comprendernos mejor: es, en estado puro, lo social tal y como lo entiende el mundo online.
De hecho, no es extraño que la primera gran red social fuese MySpace, con su foco tan musical. Ni tampoco que proyectos como Turntable.FM hayan tenido un éxito fulgurante en poco tiempo (al menos en lo que a visibilidad se refiere): compartir la canción que te gusta es mucho más sencillo que hacer lo propio con un libro, o con una película. ¿Por qué? Porque inmediatamente la experiencia puede ser sincrónica: todo el mundo puede escuchar la misma canción que tú oyes y que tan buena dices que es. Spotify y Facebook lo entendieron bien, lo están haciendo bien, pero no del todo.
‘Radio Cure’: Turntable.FM, la escucha compartida y el juego
Allá antes del verano explotó una iniciativa nueva, Turntable.fm, cuyo caso es significativo. Pocos han aprovechado de manera real ese potencial de “escucha lo mismo que tus amigos oyen”.
Llevamos toda la vida haciendo círculos con nuestros amigos musicales, y círculos es lo que Google+ propone. Pero ha habido un paso más allá. Turntable.fm ha entendido el potencial de hablar de algo, criticarlo y recomendar a la vez que se oye: crear salas de escucha con la gente que conoces, añadirle un concepto adictivo, ganar puntos jugando a decir qué nos parece la música… La música es lúdica y hoy en día, las redes sociales no pueden separarse de los juegos.
¿Se conformará Google+ con ser sólo un iTunes+Google Music? Sería ilógico, porque en su plataforma tiene el potencial para llevar la escucha compartida aún más lejos de lo que ha hecho Tunrtable.fm. ¿Una “quedada” musical? No es muy difícil de imaginar. ¿Poderte unir a lo que otros escuchan a la vez que lo escuchan y crear salas de discusión? Tampoco. ¿Estrenos mundiales de discos con conversación en tiempo real al respecto? Seguro que hay muchos interesados.
‘Here comes everybody’: las razones de Google para apostar por la música
Pero ¿puede ser Google, la empresa que siempe ha tropezado en lo social, la que complete el círculo que llevamos recorriendo desde hace años? Quizá sí, porque necesita apostar fuerte por ella por varias razones:
Para sus procesos de recogida de datos la música puede ser bastante definitoria de los gustos de un usuario.
Google+ necesita que sus usuarios sigan trayendo a sus amistades y que conversen entre ellos.
Y, además, tiene que conseguir que todo el mundo pase más tiempo en su red social, que pasen de un “esto no está mal” a “éste sitio me gusta”.
Todo eso puede pasar más fácilmente con la música de por medio, si Google+ consigue una aplicación ganadora.
(Todas los títulos en inglés están sacados de canciones de Wilco)
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