David Cabo es el cofundador de la Fundación Ciudadana Civio, una organización sin ánimo de lucro que "lucha por lograr una mejor democracia" para que exista "una transparencia real y un libre acceso a los datos públicos" por parte de cualquier español y ciudadano. Presentada oficialmente en febrero de 2012, Civio ha lanzado ya varios proyectos encaminados a mejorar el acceso a la información y la transparencia de las administraciones públicas; iniciativas como "QuiénManda":http://quienmanda.es/, "DigoDiego":http://www.digodiego.es/ o "TuDerechoASaber":http://www.tuderechoasaber.es/.
Para conocer mejor el por qué de la creación de Civio, sus objetivos y la experiencia de estos dos últimos años hemos entrevistado a "David Cabo":https://twitter.com/dcabo.
Los inicios
Para los que no te conozcan, ¿quién es David Cabo y a qué te dedicas?
Soy ingeniero informático de formación, y ahora soy el director de la Fundación Ciudadana Civio, donde intentamos crear herramientas que aumenten la transparencia y la rendición de cuentas de nuestras administraciones.
¿Cuándo comenzó tu interés por la tecnología?
Ya de pequeño era muy friki, y empecé a programar juegos y gráficos en GWBasic en un Amstrad PC 1512 que mis padres le compraron a mi hermana en los 90. La cosa fue a más, y a la hora de elegir carrera tenía claro que quería estudiar informática.
Si no me equivoco, después de estudiar la primera carrera (software engineering) estudiaste psicología, mientras trabajabas en Accenture y en HMRC. ¿Qué te llevó a interesarte por esta disciplina que, en principio, poco tiene que ver con la tecnología?
No recuerdo cómo me vino el interés concreto por la psicología en concreto, pero en general me gustaba leer libros de divulgación científica. Lo de matricularme formalmente en la UNED fue principalmente para poder pedir una prórroga para la mili, y una vez que me apunté decidí que iba a acabar la carrera. Los de Zaragoza somos así, muy tozudos.
BBVA, Accenture, HMRC - grandes multinacionales de diferentes ámbitos. El trabajar para ellas, ¿tuvo algún impacto en la labor que desarrollas en estos momentos? Por decirlo de alguna forma, ¿te abrió los ojos?
Si te refieres a si descubrí algún secreto oscuro y me convertí en anti capitalista, no, la verdad es que no. Me sirvió para entender cómo funciona una gran empresa, con su inercia, sus ineficiencias, sus luchas internas, que en el fondo tiene bastante que ver con cómo funciona una administración pública. Y me sirvió --sobre todo los años en los que estuve de consultor, cuando saltaba de proyecto en proyecto cada pocos meses-- para conocer distintas tecnologías y sectores. Pero lo más importante es que descubrí que el trabajo en este tipo de empresas me resultaba bastante aburrido y estéril, echaba de menos poder controlar lo que hacía, cómo lo hacía y, sobre todo, para qué lo hacía.
¿En qué momento te das cuenta de la importancia de la información pública, de los datos que los gobiernos tienen sobre los ciudadanos y de que éstos desconocen cómo funciona el sistema?
Siempre digo que yo no me dedicaría a esto si no hubiera sido porque un día, cuando vivía en Londres, allá por el 2005, descubrí a una ONG inglesa que se llama mySociety, que entonces empezaba a trabajar en temas de transparencia y participación ciudadana.
Recuerdo ver sus páginas webs: TheyWorkForYou, para ver qué había hecho y votado tu diputado a lo largo de la legislatura; FixMyStreet, para informar a tu ayuntamiento de cosas que no funcionaban; o WhatDoTheyKnow, con miles de preguntas de los ciudadanos a sus administraciones públicas, y entender inmediatamente que era algo claramente positivo. Al volver a España quería hacer algo similar, pero tardé tiempo en conocer a la gente necesaria y comprender la situación aquí: la falta de interés de las administraciones, la ausencia de mecanismos legales para conseguir información… Pero poco a poco llegamos a un punto en el que tuvimos la confianza necesaria para montar Civio.
Civio, por y para los ciudadanos
En enero de 2010 lanzáis Civio, ¿qué os llevó a su creación? ¿Cómo valoras estos tres primeros años de actividad?
Civio nace oficialmente en febrero del 2012, aunque ya llevábamos unos meses planeándolo y haciendo los trámites necesarios. Surge gracias al impulso de mi socio, Jacobo Elosua, al que había conocido en una asociación que promovía la reutilización de información, Pro Bono Publico.
Aquella organización dependía del tiempo libre de sus miembros, lo cual impedía a menudo completar los proyectos que se nos ocurrían. Jacobo y yo queríamos hacer algo más robusto, con gente trabajando a tiempo completo, y fue gracias a su determinación que invertimos parte de nuestros ahorros en montar Civio y darle la forma legal de fundación.
Nuestro balance hasta ahora es muy positivo. España es un entorno bastante hostil en muchos aspectos a la hora de poner en marcha una organización como la nuestra: hay muy pocas ganas de colaborar por parte de la administración, que es causa y consecuencia del pesimismo y el enfado que hay entre los ciudadanos; y por otro lado me parece que hay poca tradición de sociedad civil, sobre todo en temas políticos, porque se suele relacionar a las ONGs con temas asistenciales y de ayuda al desarrollo. A pesar de las dificultades hemos conseguido crecer y que nuestros proyectos aparezcan en los medios. Ahora tenemos una estructura estable con tres personas trabajando a tiempo completo. Eso sí, cada año, cuando comenzamos el curso, nunca sabemos muy bien cómo vamos a conseguir los fondos necesarios para mantenernos, así que no podemos relajarnos.
¿Qué impacto han tenido vuestras iniciativas en la ciudadanía? ¿Estamos todavía muy lejos de conocer lo que realmente pasa en las altas esferas de España y que tanto nos afecta?
Todos nuestros proyectos han sido muy bien recibidos por los ciudadanos, que en nuestra opinión están cansados de no recibir información fiable sobre temas que nos afectan a todos, como los presupuestos públicos o los indultos. Y el interés por saber existe: cuando lanzamos Tu Derecho A Saber recibimos cientos de preguntas en los primeros días. El problema es que las preguntas no son respondidas. Y es ahí cuando aparece la frustración.
(En 2012 la mitad de las preguntas en Tu Derecho A Saber no recibió ningún tipo de respuesta, y sólo un 13% recibieron la información que solicitaban.)
Hay muchas áreas en las que no hay ningún tipo de información, y la futura Ley de Transparencia, vendida por el Gobierno como un gran avance, no va a cambiar esto. Por ejemplo, nuestro proyecto Quién Manda se centra en intentar conseguir información sobre la influencia del lobby y quién se reúne con los ministros y los diputados. Esto es algo que es público en muchos otros países, donde puedes ver quién visita la Casa Blanca, o con quién se reúne un ministro, pero aquí es algo todavía impensable, nos tratan de locos cuando decimos que el registro de entrada en La Moncloa debería ser público. Nos queda mucho por hacer.
Y los políticos, ¿qué dicen de todo esto? ¿Habéis encontrado el apoyo de algunos grupos o políticos influyentes que aprecien la labor que estáis realizando?
La reacción más habitual entre los políticos y las administraciones es el silencio. Se ignora lo que no se entiende, pensando que ya pasará. También están los que se suben al carro de la transparencia y la reutilización de datos, e inauguran páginas webs con los datos que a ellos les interesan, para ponerse la medalla. Nosotros hemos sido muy críticos con esta publicación de datos “a medida”. A medida del que publica, claro. Y hemos insistido mucho en que la información que manejan las administraciones debe ser pública por defecto, y que los ciudadanos tenemos derecho a que respondan a nuestras preguntas.
A nivel nacional los que más sintonizan con nuestras posturas son los partidos más pequeños, que necesitan herramientas para romper el bloqueo de los dos grandes partidos y están más abiertos a cambios. A nivel regional, los gobiernos de Aragón, Euskadi o Castilla León, por ejemplo, se han tomado más en serio la publicación de datos abiertos (Open Data) o contestar las preguntas que les envían los ciudadanos. Pero seguimos dependiendo de la buena voluntad del encargado de turno en cada caso, muchas veces es más una cuestión de suerte que de verdadera voluntad política.
La situación de España
Un argumento que algunos suelen utilizar cuando se compara la situación de España en este sentido con la de países de nuestro entorno es que “en todos lados cuecen habas”. ¿Es cierto? ¿O realmente en España la situación es peor?
En todos los países hay corrupción. En todos los países las empresas e individuos con más dinero tienen un poder desproporcionado en la toma de decisiones políticas. Pero obviamente hay países mucho mejor gestionados que España, donde los políticos dimiten, y los condenados no son indultados, y donde hay una lucha constante entre el poder por un lado, y la sociedad civil y los medios por otro. Podemos aprender de ellos, podemos implantar sus mecanismos de transparencia, separación de poderes y control interno, y reducir así nuestros niveles de corrupción e impunidad.
Por último, ¿qué consejo le darías a los ciudadanos de a pie que luchan por conocer mejor lo que pasa a su alrededor? ¿Y a los que lo ignoran?
No sé si me atrevo a dar consejos, pero a la hora de informarse creo que lo más importante es ser escéptico y no dar por buenas automáticamente las noticias de los periódicos. Hay que preguntarse “¿y esto cómo lo sabes? ¿y este número de dónde sale?”. Demasiado a menudo vemos noticias sin fuente, o que dan por válidas declaraciones de un político, o que son filtraciones interesadas; tenemos que ser más exigentes con los medios, porque de ellos depende en buena parte la calidad de nuestros políticos.
Y a los que no tengan interés les diría que la política nos afecta a todos, y es la que decide cómo se reparte lo que tenemos; si tú no participas otros lo harán por ti, y posiblemente no te guste el resultado.
Sitio oficial | Civio
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