Uno de los puntos fuertes de Gmail es su página web, repleta de características para que amoldemos la gestión de nuestros correos como más nos guste. Pero por supuesto hay usuarios que prefieren un cliente de correos nativo, desde donde podemos configurar Gmail como una cuenta IMAP sin problemas.
De todos modos, no nos podemos quedar simplemente en esa configuración. Hay una serie de parámetros en la web de Gmail que también hay que ajustar para que los correos y sus carpetas trabajen exactamente como queramos, y que nos evitarán futuras complicaciones. Podemos acceer a ellos en la sección de ajustes, pestaña Redireccionamiento y POP/IMAP.
- Lo primero, por supuesto, es confirmar que tenemos activado el acceso IMAP. Si no lo tenemos nos aparecerán errores en la configuración del cliente que usemos, y sólo podremos añadir la cuenta utilizando POP. Cosa que no recomiendo demasiado.
- ¿Qué tiene que hacer Gmail cuando eliminamos un mensaje? El servidor puede actualizarse justo cuando ese correo se elimine, o dejar que sea el cliente el que envíe el cambio a Gmail por su cuenta. La mejor opción dependerá de si queremos una respuesta puntual en caso de que gestionemos muchos correos en poco tiempo.
- ¿Y ese mensaje, a dónde lo enviamos cuando lo eliminamos desde el cliente? Podemos decirle a Gmail que lo archive, lo envíe a su papelera o lo elimine definitivamente.
- También podemos establecer un tamaño máximo de de las carpetas, por si no queremos que se descarguen demasiados mensajes en nuestro cliente. Importante para los que no quieran ver cómo su sistema se pasa una tarde entera descargando decenas de miles de correos.
- Finalmente, recordemos que en la pestaña de etiquetas podemos escoger las que queramos visibles en nuestro cliente nativo y las que queremos ocultar. De este modo podremos simplificar la lista de carpetas que aparecerán.
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