Continuamos con nuestra guía sobre cómo actualizarse a la última versión de Windows. En el post anterior tratamos de dejar en claro todos los conceptos importantes sobre el proceso de actualización, tales como las diferencias entre las licencias Full y Upgrade, entre instalación limpia e instalación de actualización, y de paso les comentamos sobre el utilísimo Windows Easy Transfer.
Ahora nos toca considerar los distintos escenarios de actualización a los que se puede enfrentar un usuario que quiera pasarse al flamante Windows 7. La idea es informarles acerca de todas las particularidades de cada uno de los escenarios, para así no cometer errores de principiante en el proceso.
<h2>Desde la RC a la versión final (<span class="caps">RTM</span>)</h2>
El primer escenario que analizaremos es uno al que probablemente se enfrentarán la mayoría de los lectores de Genbeta. Dado que muchos de ustedes se han animado a probar las versiones preliminares de Windows 7, lo más probable es que el punto de partida que tengan para actualizarse a la RTM (versión final) sea la Release Candidate de Win7.
Pues bien, para comenzar tenemos que saber que a Microsoft no le parece buena idea que recurramos a la instalación de actualización para pasar desde la RC hasta la RTM, ya que tanto la Release Candidate como la Beta pueden contener bugs que “ensucien” el proceso de actualización. Por esto se recomienda siempre realizar instalación limpia al actualizarnoos a la RTM desde la RC.
En lo referente a las licencias, los de Redmond han decidido considerar las las instalaciones de Windows 7 RC como licencias válidas para utilizar las versiones de Upgrade. Y como las licencias Upgrade también permiten hacer una instalación limpia, no hay inconveniente por ese lado en elegir una edición de Windows 7 de este tipo.
Eso sí, al irnos por la versión Upgrade nos arriesgamos a que, en el caso de que debamos hacer algún formateo a futuro, necesitemos de una licencia completa de Windows, ya que la licencia de la RC no será válida después de marzo de este año (recordemos, las licencias Upgrade requieren de una licencia “Full” preexistente). La única forma de que la licencia Upgrade nos sirva en ese caso sería recurriendo a una versión de Windows anterior (Vista o XP), que normalmente tendría que ser la que venía preinstalada al momento de adquirir el PC. Por ende, si disponemos de un ordenador recién armado, lo mejor es optar por una licencia Full.
<h2>Desde Windows Vista hacia una edición correspondiente o superior de Windows 7</h2>
Por supuesto, también hay muchos usuarios que han preferido quedarse con Vista antes de probar un producto no terminado, como lo son la RC y la Beta de Windows 7. Para ellos las cosas son un tanto más fáciles, al menos en teoría. Decimos esto porque el upgrade desde Vista a Windows 7 utilizando la instalación de actualización sí es un escenario soportado por Microsoft (a diferencia del upgrade desde RC hacia RTM), pero con la condicionante de que hagamos Upgrade hacia una edición de Windows 7 equivalente, o a la edición Ultimate, y con una arquitectura equivalente.
¿Qué quiere decir eso? Pues que si, por ejemplo, partimos con Vista Home Premium de 64-bits, podemos usar la instalación de actualización solo para pasarnos a Windows 7 Home Premium de 64-bits (edición equivalente) o a Windows 7 Ultimate de 64-bits.
¿Y si queremos hacer Upgrade hacia una edición superior, pero que no sea la Ultimate? En ese caso, existe la opción de complementar una licencia de Windows 7 junto a Windows Anytime Upgrade, un asistente que nos permite pasar de una edición de Windows 7 a otra superior. Pero en lo personal, desaconsejo recurrir a este método, ya que el costo de Anytime Upgrade es demasiado elevado si lo comparamos con las licencias completas (más información en este post), y además aumenta la complejidad de la actualización, ya que tenemos que hacer una instalación en 2 pasos.
Y en lo referente a licencias, si nuestro punto de partida es un PC con Windows Vista, es evidente que debemos inclinarnos por una licencia Upgrade de Windows 7, ya que contamos con una licencia completa de Windows preexistente.
<h2>Desde Windows Vista hacia una edición no correspondiente de Windows 7</h2>
Pero también puede darse el caso de que tengamos Windows Vista, y queramos actualizarnos a una edición de Windows 7 que no cumpla con los requisitos mencionados más arriba, ya sea porque se basa en una arquitectura diferente (pasamos desde un Windows de 32 bits a uno de 64 bits, o viceversa), o porque pasamos de una edición X de Vista hacia una inferior de Windows 7 (por ejemplo, desde Vista Business hacia Windows 7 Home Premium).
Cualquiera sea el caso, al no pasar hacia una edición equivalente de Windows 7 ya no se nos permite hacer instalación de actualización, sino que tenemos que recurrir a la instalación limpia sí o sí, con todo lo que ello implica. Tendremos que respaldar los documentos y configuraciones (Windows Easy Transfer nos facilita esta tarea), y reinstalar la totalidad de nuestras aplicaciones.
Además hay que notar que si nos actualizamos desde Vista de 32-bits a Windows 7 de 64-bits (o viceversa) se presenta una complicación adicional: el programa de instalación no podrá ser ejecutado dentro de Windows Vista, sino que tendremos que bootear con el DVD de instalación.
Y aunque este escenario sea el más rebuscado de los que hemos analizado en el post, sigue cumpliendo con los requisitos para dejarnos usar una licencia Upgrade (la cual cuesta muchísimo menos que una Full).
En la tercera parte de esta guía seguiremos analizando otros escenarios, como actualizarse a Windows 7 en un netbook, o desde Windows XP.
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