Centenares de portátiles estaban conectados en su casa, lo que les permitía usar su dirección IP
Es un caso que ha dejado perplejas a las autoridades estadounidenses: una mujer de Arizona ha sido acusada de llevar a cabo un fraude masivo con el que recaudó casi 7 millones de dólares... para financiar los programas de armas del régimen de Corea del Norte, y eludir así las sanciones internacionales impuestas al país asiático.
Christina Chapman, una ciudadana estadounidense de 49 años, supuestamente colaboró con tres trabajadores tecnológicos norcoreanos para infiltrarse como empleados en más de 300 empresas estadounidenses recurriendo a identidades robadas.
Los tres norcoreanos, haciéndose pasar por estadounidenses (hicieron uso de hasta 60 identidades reales), utilizaban documentación falsificada para superar los controles de elegibilidad laboral del Departamento de Seguridad Nacional.
Así funcionaba la trama
Según los documentos judiciales, Chapman albergaba en su casa una "granja de portátiles" (proporcionados por las empresas estadounidenses), que ella usaba para hacer creer que los trabajadores se encontraban físicamente en Estados Unidos (pues esto les permitía conectarse a través de su dirección IP).
Los trabajadores norcoreanos, cuya ubicación exacta es desconocida, usaban identidades falsas para obtener empleos remotos en grandes compañías (entre ellas una destacada cadena de televisión nacional, una empresa tecnológica de Silicon Valley y un icónico fabricante de automóviles).
De ser hallada culpable, Chapman se enfrentaría a una pena de hasta 97 años de prisión. Además de gestionar la granja de portátiles, se le acusa de recibir y falsificar cheques de nómina, así como de aceptar depósitos directos de los salarios de los trabajadores. Todo ese dinero era remitido a los citados trabajadores norcoreanos... después de descontar una tasa por la prestación de sus propios servicios.
El auge de un problema
Las autoridades estadounidenses ya emitieron una advertencia en 2022 acerca de la amenaza que representaban los trabajadores de IT norcoreanos, quienes se hacen pasar por profesionales de otras nacionalidades y trabajan en una amplia gama de empleos tecnológicos, incluyendo soporte técnico y desarrollo de aplicaciones.
Ahora, el director adjunto de la División de Contrainteligencia del FBI, Kevin Vorndran, asegura que este tipo de estafas se están convirtiendo en tendencia, una con la que las empresas deben preparadas para lidiar.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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