Periodistas estonios descubren en Telegram un acceso al submundo criminal de las estafas online. Y sólo buscaban empleo...

Ahora que Telegram está en el ojo del huracán por las acusaciones contra su CEO, un equipo de periodistas de investigación estonios ha sacado a la luz un experimento que iniciaron hace unos meses. El comienzo fue sencillo: crearon una cuenta nueva en Telegram y se dispusieron a buscar empleo, uniéndose a varios canales dedicados a ofertas laborales en Estonia.

Pero lo que descubrieron, según relata en X el periodista Holger Roonemaa, fue alarmante. En cuestión de días, los investigadores fueron bombardeados con propuestas ilegales. Entre las ofertas más destacadas, se encontraban:

1. Tráfico de personas: Se les ofreció 1.300 dólares por cada persona que transportaran desde la frontera de Letonia con Bielorrusia hasta Alemania.
2. Estafas financieras: Propuestas para engañar a ciudadanos suizos y robarles sus ahorros.
3. Lavado de dinero: Acceso a cuentas bancarias para realizar transferencias ilícitas, con la promesa de una comisión.
4. Tráfico de drogas: Varias oportunidades para participar en actividades relacionadas con estupefacientes.
5. Pornografía: Una oferta de 2.500 dólares por enviar una fotografía explícita.

Los modus operandi

Las propuestas se presentaron de manera directa y sin disimulos. Por ejemplo, un reclutador que se hacía llamar "Steve Jobs" ofreció una detallada ruta de transporte para mover migrantes, con la promesa de que estos estaban dispuestos a todo por llegar a Alemania ("No importa cómo lo hagan, solo quieren llegar").

Otras ofertas incluían permitir el uso de cuentas bancarias personales para transferencias sospechosas, prometiendo al titular un porcentaje de las ganancias. Por supuesto, estas actividades son presentadas como completamente legales, aunque en realidad convierten a quien opta por colaborar en 'mulas bancarias' y parte de tramas de lavado de dinero.

El experimento también reveló cómo los estafadores en Telegram apuntan específicamente a usuarios suizos: a través de portales de clasificados locales en dicho país, los estafadores crean anuncios falsos para productos, como bicicletas, y luego engañan a los compradores para que ingresen sus datos de tarjeta de crédito en sitios falsos.

Una vez obtenida la información, los estafadores realizan pequeñas transacciones para probar la tarjeta antes de extraer cantidades mayores.

La conclusión de los investigadores

Este experimento deja en evidencia, según Roonemaa, lo fácil que es acceder a trabajos criminales a través de Telegram, sin necesidad de recurrir a la Dark Web. Desde la compra y venta de drogas hasta la contratación de personas para operaciones de sabotaje en Europa, la plataforma se ha convertido, en su opinión, en un canal abierto para actividades ilegales.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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