VPN son las siglas de Virtual Private Network, o red privada virtual, en nuestra idioma. Un nombre que deja bastante claro que nos encontramos ante una tecnología de red que permite establecer conexiones seguras de una red de área local sobre una red pública como pueda ser internet. En esencia, una conexión entre dos redes que permite navegar de forma privada.
Y la clave, más allá de la red y su privacidad, está en lo virtual. Porque una VPN también sirve para establecer una conexión segura, privada y virtual punto a punto mediante unas conexiones dedicadas. Es como una vía de comunicación reservada y al margen de las que usan el resto para que la información que se desplaza por ella no sea visible.
Pero... ¿cómo funciona una VPN? ¿Por qué es recomendable usar una? Vamos a verlo de forma sencilla y yendo al grano.
Cómo funciona una VPN
Vamos a imaginar nuestro ordenador como una persona. Cuando nuestro equipo accede a una web, a un servicio que funciona a través de internet o descarga datos, es visible en la red de redes. Es como si una persona sale a la calle a comprar el pan, al supermercado o a sacar dinero a un cajero. Se ve, cualquiera puede hacerlo, y eso implica que puede ser rastreable. Pueden seguir a la persona y también a nuestro equipo.
Cuando entra en juego una VPN, en el ejemplo de la persona entraría en juego un superpoder probablemente no infalible, pero sí muy fiable: una mezcla de invisibilidad y anonimato. O, dejando a un lado lo fantástico, lo que obtenemos son pasadizos secretos y subterráneos mediante a los que ir a cualquier lado. Algo así es lo que nos proporcionan estas redes.
El cifrado que tienen las redes privadas virtuales nos permiten no dejar rastro en nuestro nombre. En lugar de aparecer en la red como un equipo determinado que se conectar a la misma a través de un módem concreto, lo hacemos a través de los equipos que proporciona la VPN.
No somos nosotros los que hablamos con nuestro proveedor de internet como intermediario de nuestro acceso a un determinado servicio, seguimos pasando a través de él pero solo para llegar al servidor de la red privada virtual. A efectos prácticos nuestra navegación la realiza la VPN, desde los muchos puntos de conexión que puede tener repartidos por el mundo y que van variando periódicamente, y eso es lo que provoca nuestro anonimato.
¿Por qué es recomendable usar una VPN?
La respuesta rápida, después de la explicación sobre su funcionamiento, está clara: privacidad.
Una red privada virtual nos proporciona un anonimato a la hora de navegar por internet o usar servicios conectados permitiéndonos no ser rastreables. Y esto no debe sonar a solución para determinados tipos de persona, sino que puede servir a cualquier porque más allá de la privacidad, estos beneficios también redundan en la seguridad y una versatilidad inalcanzable normalmente.
Nuestra seguridad mejora porque los datos dejan de poder vincularse con facilidad y nuestra navegación y actividad en internet, desde la simple lectura de un medio a la realización de transacciones bancarias, se torna invisible para potenciales atacantes o simples fisgones. Especialmente cuando hablamos del uso de redes wifis privadas usadas por otras personas desconocidas y, sobre todo, cuando utilizamos redes wifi públicas.
Además, el uso de una red privada virtual nos permite omitir las limitaciones de contenidos por ubicación al podernos ubicar en otros países, ocultar nuestros hábitos a nuestro IPS o cualquiera que escuche la red, evitar ciertos cortafuegos o superar la censura en determinados países.
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