Hazte estas preguntas: ¿Quién dona? ¿Quién recibe la donación? ¿Cómo saben uno y otro cuántas veces se ha reenviado el mensaje?
Hace ya tiempo que las estafas de caridad se convirtieron en una herramienta de uso común para los desaprensivos, particularmente a través de plataformas de mensajería instantánea, como WhatsApp. Recientemente, un lector nos ha hecho llegar un mensaje (el que encabeza este artículo) que ha recibido precisamente en esta aplicación: en él, se recogía una promesa de donar veinte céntimos para la lucha contra el cáncer por cada reenvío realizado.
Aunque muchos usuarios se dejan llevar por lo que parece una forma sencilla de contribuir a una causa noble, hay varias señales de alerta que sugieren que este mensaje (y muchísimos otros similares a este que circulan por ahí) pueden ser fraudulentos.
La problemática de la verificación
Uno de los principales problemas con este tipo de mensajes es la falta de información verificable. No se proporcionan detalles concretos quién realizaría la supuesta donación (¿o acaso el dinero surge de la nada?), ni de quiénes lo reciben, ni se explica cómo se está registrando y contabilizando el número de veces que se reenvía el mensaje.
Ojo a las políticas de privacidad
Esa última afirmación puede extrañar algunos lectores, para quienes la respuesta parecerá obvia: "es WhatsApp quien lo contabiliza, verdad?". Pero no.
Las aplicaciones de mensajería como WhatsApp están diseñadas con la privacidad en mente, lo que significa que no tienen la capacidad de rastrear reenvíos individuales y/o que no ofrecen la opción de compartir esa información con terceros. Cualquier mensaje que sugiera lo contrario debe ser considerada un fraude en potencia.
Las organizaciones legítimas no recaudan fondos así
Las organizaciones legítimas y acreditadas de lucha contra el cáncer (o contra el hambre, o contra...) utilizan métodos transparentes y directos para las donaciones. La ausencia de un enlace directo a un sitio web oficial o la falta de un nombre reconocible de una organización son indicativos claros de que el mensaje podría no ser legítimo.
La manipulación emocional
Los estafadores suelen emplear tácticas que apelan a las emociones para incitar a las personas a actuar impulsivamente. Mensajes que incitan a la urgencia o que juegan con la simpatía o con el compromiso por causas nobles son estrategias comunes para persuadir a los usuarios a reenviar mensajes sin cuestionar su autenticidad.
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