Un futuro en el que la conducta humana podrá ser controlada gracias al estudio de datos recopilados de los usuarios es lo que muestra un vídeo de uso interno de Google que se ha filtrado. Una pieza audiovisual que supuestamente nunca debería haber visto la luz y que, según la compañía, es "un experimento mental" y "no está relacionada con ningún producto actual o futuro".
El distópico vídeo, que ha sido obtenido por The Verge, se titula The Selfish Ledger ('nuestro propio libro mayor', en castellano) y fue realizado en 2016 por Nick Foster, el jefe de diseño de X, una instalación de investigación y desarrollo semisecreta fundada en enero de 2010 como Google X.
Su finalidad, han explicado los de Mountain View a la publicación estadounidense, es "explorar ideas y conceptos incómodos con el fin de provocar la discusión y el debate". Aunque también sirve, como explica el medio tecnológico, para comprobar cómo imaginan las grandes corporaciones de Silicon Valley el futuro de la ingeniería social y su propio negocio.
Hace unas semanas, como muchos recordarán, Google presentó una función de su asistente que sí va a materializarse en próximos meses: la que realiza llamadas imitando a un humano. La herramienta causó gran polémica por lo que podría suponer un abuso de la misma y la compañía salió al paso asegurando que la inteligencia artificial encargada de llamar como un humano se identificaría como máquina. Se generaba, con Google Duplex, un debate más sobre la regulación o no a la que debe ser sometido el desarrollo de sistemas de IA.
Un futuro de recopilación total de datos con Google "mejorando" a las personas
El corto de 9 minutos de duración introduce la teoría de la evolución que formuló el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck, cuyas ideas aparecen en el libro El gen egoísta de Richard Dawkins. Foster, que también narra el vídeo, explica que la teoría puede haber sido desacreditada en lo que respecta a la genética, pero brinda una metáfora útil en relación a los datos de los usuarios.
La idea básica es que somos lo que hacemos y la forma en que usamos nuestros teléfonos móviles es capaz de dibujar "una representación en constante evolución de quiénes somos". Ese retrato vital se trasladaría a lo que en el vídeo se llama un "libro mayor", una especie de perfil de usuario en el que recoger cantidades ingentes de datos precisos de nuestro día a día.
A partir de esa extracción completa de datos personales sobre las acciones, decisiones, preferencias, movimientos y relaciones de cada individuo, información que sería heredada por futuras generaciones e incluso por el conjunto de la sociedad de una manera similar a la transmisión de la genética generación tras generación, el vídeo presenta un sistema conceptual de Google que ayudaría a conseguir objetivos vitales.
Sería un proceso similar al que siguen los científicos con el código genético. Si ellos lo manipulan para conseguir determinadas consecuencias, como ciertas mejoras en el ser humano, superación de graves enfermedades... Google haría lo propio con los datos del comportamiento humano para "mejorar" a las personas. ¿Cómo? Encaminándolas hacia ciertas metas tanto personales como compartidas con el conjunto de la población.
La función del "libro mayor", por tanto, sería doble: registraría datos y, con ellos, ofrecería guías para alcanzar determinados propósitos.
Los objetivos a alcanzar, se cuenta en el vídeo secreto filtrado, "reflejarían los valores de Google como organización". Se enfocarían a resolver problemas globales desde las acciones individuales de las personas, como la pobreza o la preservación del medio ambiente, y se podrían anticipar a nuestras necesidades.
Por ejemplo, en diversos momentos del vídeo el sistema imaginado de Google llega a sugerir el tipo de comida que debería comprar el usuario mientras visita una web de alimentación y decide que debería usar una báscula para controlar su peso, haciendo que una impresora 3D la imprima.
El vídeo, sorprendentemente, no aborda los problemas derivados que un concepto como el planteado podría generar en el ámbito de la privacidad o la explotación malintencionada de tanta información. Ni tampoco qué ganaría exactamente la compañía de todo eso. Lo que sí revela son los debates que se están generando en el seno de las empresas que más datos recopilan y cuáles son sus ideas al respecto de su aprovechamiento.
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