Hace dos días, en Genbeta te contábamos por qué motivo la red descentralizada de microblogging Mastodon se había convertido en tendencia en Twitter y qué estaba llevando a muchos usuarios a proponer dejar atrás Twitter para combatir la "censura".
Todo surgía de una campaña de apoyo a un influyente tuitero de izquierdas, que había decidido abandonar la red del pájaro azul por los casos de 'censura'. Un repaso a Twitter nos permitirá encontrar algunas cuentas que dicen haberse sumado a este exilio voluntario y que afirman que no volverán a esta red.
Sin embargo, la experiencia pasada de anteriores movimientos colectivos de tuiteros españoles nos hacen presagiar que, por suerte o por desgracia, tal cambio de vecindario digital no durará mucho tiempo.
2018: Mastodon (sí, lo de ahora es un remake)
Aunque muchos medios hayan abordado este reciente desembarco de tuiteros españoles en Mastodon como una novedad, y hayan tenido que volver a explicar otra vez qué es eso de Mastodon, lo cierto es que hace poco más de un año que ya pasó algo similar.
Fue el 1 de octubre de 2018: como respuesta ante lo que se percibía como arbitrariedad en la aplicación de las normas de Twitter a la hora de censurar tuits (aunque muchos usuarios procedían desde el lado contrario del espectro político que los protagonistas del desembarco actual), el boca a boca digital fue difundiendo el nombre de unos prados más verdes.
¿Su nombre? Mastodon. Se convirtió hasta en 'trending topic mundial' (¿nos va sonando?) y el principal servidor de esta red, Mastodon.social, tuvo que cerrar durante varias horas los nuevos registros ante el riesgo de sobrecarga.
Pese a buscar una red con menos censura, rápidamente el administrador de Mastodon.social abroncó a los recién llegados por difundir memes en los que comparaban su llegada con la colonización de América. Sin embargo, el tono jocoso y fiestero de aquella excursión de tuiteros hizo que se calmaran los ánimos... y que, pocas semanas después, quedara menos rastro de los colonizadores españoles que en la actual Oceanía.
2015: Quitter
Más o menos a estas alturas del año, pero de 2015, varios medios españoles se hacían eco del abandono de 2000-3000 tuiteros de nuestro país en dirección a Quitter, una red de microblogging estéticamente idéntica a Twitter, que se definía como una "federación de microblogueros que [...] quieren abandonar los servicios centralizados capitalistas".
Este éxodo repentino llegó a saturar el servidor Quitter.se (como en el caso de Mastodon, existían múltiples servidores de Quitter) y a convertir esta red en 'trending topic' en su rival comercial (¿vosotros también tenéis un déjà vu?).
De nuevo, estuvo motivado por una reacción anti-censura, iniciada en este caso por la popular influencer de izquierdas '@Barbijaputa' después de que Twitter le bloqueara temporalmente la cuenta:
"Yo estoy dispuesta a dejar atrás toda la repercusión que me dan las 160.000 personas que me siguen y empezar de nuevo, desde cero, por mucho que eche en falta lo que significa tener este altavoz en mi vida".
Hannes Mennerheim, uno de los responsables de Quitter.se, explicaba que "Hasta hace un par de días, cuando los españoles llegaron por miles, éramos solo unos cientos de usuarios". Lo malo es que, tras el entusiasmo inicial, muchos de aquellos nuevos usuarios no se acostumbraron al vocabulario geek de su nuevo destino ('OStatus', 'StatusNet', 'GNU Social', etc) y rápidamente volvieron al calor del viejo, sencillo y capitalista Twitter.
Hoy en día, @Barbijaputa ha doblado sus seguidores en Twitter, y ninguno de aquellos servidores de Quitter sigue funcionando.
2008: Plurk
En junio de 2008, cuando sólo un puñado de 'early adopters' había oído hablar alguna vez de Twitter, una nueva plataforma irrumpió en el panorama y estuvo a punto de cambiar la historia de las redes sociales.
Twitter -un Twitter bastante diferente, en funcionamiento y aspecto, del actual- llevaba unas semanas decepcionando a su primera hornada de usuarios con un funcionamiento errático, caracterizado por constantes caídas, algunas de varias horas. Y, en ese contexto, se empezó a hablar (mucho) de una nueva red social de microblogging llamada Plurk.
Tenía un formato diferente del de Twitter y sus actuales clones open source, pues ofrecía un verdadero timeline y organizaba las conversaciones en hilos independientes, jerarquizando las comentarios. En una época en que no Twitter no contaba con hilos, ni los replies aparecían a continuación del tuit respondido, la propuesta de Plurk se antojaba como el híbrido perfecto entre Twitter y el chat.
Lo de 2008 no fue un llamamiento organizado al exilio, como en los casos anteriores. Sencillamente, muchos tuiteros se abrieron cuenta entonces en Plurk, interesados bien por el formato, bien por el interés que estaba despertando en la comunidad. Y no faltaron quienes desde la blogosfera se lanzaron a vaticinar que el reinado de Twitter había finalizado incluso antes de asentarse en el trono.
"¿Puede Plurk matar a Twitter?", "Plurk es el nuevo Twitter", etc. Antonio Ortiz, co-fundador de Xataka, afirmaba entonces que le había gustado Plurk, pero ofrecía también la siguiente reflexión:
"No sé si Plurk tiene algo que hacer respecto a Twitter, ya encontré a Jaiku y Pownce superiores tecnológicamente, pero ¿qué valor tiene eso en un sector en el que el efecto red lo es casi todo? ¿Hay posibilidades reales de que los usuarios migren de Twitter a otra plataforma o los servicios deberían concentrarse en el público que no está todavía en él, que es la mayoría?
En el pasado ya tenemos ejemplos de que «es posible». Friendster y Orkut eran redes sociales de moda hace años y acabaron siendo desbancadas a pesar del efecto red por los Bebo, Myspace, Facebook y compañía".
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