Twitter se lo pone difícil a los clientes no oficiales introduciendo nuevas limitaciones en su API

Quien avisa no es traidor, ¿o sí? Hace unas semanas os contamos cómo Twitter advertía a los desarrolladores que se iban a introducir cambios en forma de normas y requisitos a la hora de utilizar su API (las librerías que utilizan programadores ajenos a Twitter para crear sus propias aplicaciones y clientes). Pues bien, esta madrugada Twitter ha desvelado las restricciones que se aplicarán de ahora en adelante, y ya suponemos que los desarrolladores no estarán para nada tranquilos.

Los cambios más técnicos en la utilización de la API podéis consultarlos en el blog oficial de desarrolladores y no nos vamos a parar demasiado en ellos, puesto que no son objetivo de este blog, pero sí vamos a resaltar una novedad preocupante: en cuanto un cliente alcance los 100.000 usuarios individuales, tendrá que pedir permiso a Twitter para seguir utilizando su API.

Desconocemos en qué consistirá esta petición y si habrá que poner dinero encima de la mesa para financiarla, pero desde luego no es una noticia tranquilizadora para los clientes desarrollados por terceros. ¿Y qué pasa con las aplicaciones que superen, a día de hoy, esa cifra? Pues que podrán incrementar su número de usuarios actuales hasta un 200%. Si la superan, también tendrán que ponerse en contacto con Twitter.

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De "recomendaciones" a "requisitos"

Hasta ahora, Twitter brindaba a los desarrolladores una serie de recomendaciones para que éstos consideraran a la hora de mostrar un tweet, como que el nombre del usuario con la @ enlazara a la cuenta del usuario, permitir la posibilidad de hacer RT, etc. Ahora, estas recomendaciones dejan de serlo para ser normas de obligado cumplimiento, ya que se reservan el derecho de revocar los permisos a los desarrolladores que no sigan estas reglas pautadas.

Con esto lo que pretenden es "unificar" la experiencia del usuario pero también asegurarse de que todos, independientemente de la plataforma que usen, utilicen Twitter y sus funcionalidades de la misma manera. Eso sí, incluyendo los anuncios por supuesto, y es que aquí está la clave de normas como esta.

Autorización de las aplicaciones preinstaladas

¿Tienes una nevera desde la que puedes Twittear? ¿O el navegador de tu coche permite esta posibilidad? Parecen ideas disparatadas pero existen. De ahora en adelante, cualquier cliente para Twitter que vaya preinstalado en algún dispositivo tiene que ser revisado y aprobado antes por la compañía. Es decir, que si de la noche a la mañana a Apple le diera por construir su propio cliente para iOS, ahora tendría que pasar por el filtro de Twitter antes de ser lanzado al mercado.

Los desarrolladores, preocupados

Como no podría ser de otra forma, la comunidad de desarrolladores de Twitter ya se ha mostrado preocupada por esta decisión. A fin de cuentas, hoy son sólo esos límites pero, ¿quién dice que mañana no irán más allá prohibiendo o limitando el uso de la aplicación? Desde luego que aquí Twitter debería irse con cuidado: las aplicaciones de terceros han contribuido, y mucho, a hacer de Twitter la red social tan popular que conocemos hoy en día. ¿Merece la pena todo esto por exprimir al máximo las ganancias que podrían ofrecer los clientes de terceros, y más cuando Twitter consigue la mayoría de usuarios en sus aplicaciones oficiales? Personalmente tengo mis dudas.

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