Tras convertirse en una insospechada aliada del espionaje militar, la aplicación deportiva Strava ha asegurado que revisará la configuración y las características referidas a la privacidad. Lo ha anunciado James Quarles, su máximo responsable, tras la polémica surgida en torno a sus mapas de calor y la revelación de enclaves sensibles como bases militares.
Publicados originalmente en 2015 y actualizados el pasado mes de noviembre con seis veces más datos, estos mapas muestran de una forma tremendamente visual y atractiva las principales actividades físicas que monitorizan sus usuarios, siempre y cuando estos lo permitan. Su utilidad se limitaba a la curiosidad hasta que, hace unos días, un estudiante australiano descubrió que determinados rastros en determinadas zonas permitían identificar a militares estadounidenses y de otros países en sus cuarteles, así como a trabajores humanitarios.
Simplificando el control de los datos, enseñando a manejarlos
Después de poner en alerta a Washington y empujar al Pentágono a revisar su política en torno a estos servicios de localización, el CEO de Strava ha comunicado en una carta abierta a la comunidad que están simplificando sus opciones de privacidad y seguridad para garantizar el control sobre los datos.
- Nos comprometemos a trabajar con funcionarios militares y gubernamentales para abordar datos potencialmente confidenciales.
- Estamos revisando las características que fueron originalmente diseñadas para la motivación e inspiración de los atletas para asegurar que no puedan ser comprometidas por personas con malas intenciones.
- Continuamos aumentando el conocimiento de nuestras herramientas de privacidad y seguridad.
- Nuestros equipos de ingeniería y experiencia del usuario están simplificando nuestras funciones de privacidad y seguridad para garantizar que sepas cómo controlar tus propios datos.
La noticia, ampliamente difundida en todo el mundo, volvió a poner sobre la mesa el debate a cerca de los riesgos de los seguimientos y la localización, poniendo el acento en el desconocimiento que, en muchas ocasiones, tienen los usuarios sobre los servicios de usan. Lo vemos, por ejemplo, cuando se recuerdan los registros de desplazamientos que realizan aplicaciones como Google Maps en su cronología; aunque no siempre es fácil saber de ciertas prácticas.
Por eso, siempre, conviene conocer en profundidad cómo se manejan nuestros datos en los diferentes servicios que usamos, buscando cómo controlar la privacidad en las páginas de ayuda o artículos como este de la propia Strava, al tiempo que reflexionamos sobre los pros y los contras del registro de nuestros movimientos a través de este tipo de aplicaciones y servicios.
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