Ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que he leído la eterna petición de algunos usuarios de Facebook referente a la inclusión de un botón “No me gusta” en la red social, dual al “Me gusta” ya existente pero para expresar desacuerdo en su lugar. A fin de cuentas, si existe el otro, ¿por qué no éste?
Que Facebook no lo haya implementado aún no es casualidad, y el motivo no es precisamente técnico. Aunque lo comentaremos más en detalle a continuación, la verdadera razón obedece más bien a la propia filosofía social que la plataforma defiende desde sus inicios y la imagen amable que quiere ofrecer a sus usuarios y a las empresas que tienen presencia en ella.
¿Es realmente necesario?
¿Es necesario? Pues, como en todo, depende de a quién le preguntes. Los defensores del botón “No me gusta” suelen argumentar que hay ciertos estados en los que quieres expresar el apoyo al usuario que lo publica, pero que hacerlo con un “Me gusta” no es lo más adecuado. Por ejemplo, si el usuario publica que está enfermo, que tiene problemas con algún familiar… etc, etc. Con un “No me gusta” se estaría expresando apoyo, entendimiento y además rechazo a lo que está pasando.
En otros casos, simplemente el “No me gusta” puede resultar útil para mostrar desacuerdo con lo que se escribe, ya bien sea un argumento político o hasta la crítica de una película que acabamos de ver en el cine. Un “Me gusta” no tiene mucho sentido si realmente quieres rebatir la opinión del que lo publica. Siempre se puede escribir un comentario, claro está, pero también puede escribirse para mostrar acuerdo y en su lugar se utiliza el “Me gusta”.
Por último, otro caso bastante común: expresar descontento y enfado con una determinada marca o producto. Al igual que podemos hacer un “Me gusta” a nuestro grupo de música favorito o a nuestra marca de coches preferida, muchos defienden la opción de hacer exactamente lo contrario: con un simple click, dejar claro que hay algo que no nos gusta, que nos ha decepcionado y que no queremos recomendar al resto de nuestros amigos. Al fin y al cabo no deja de ser una opinión. Negativa sí, pero opinión al fin y al cabo.
Una petición popular
La necesidad de disponer de una opción al “Me gusta” lleva siendo una petición desde hace años por parte de muchos usuarios de esta red social. En ella han aparecido multitud de grupos reivindicando este nuevo botón, llegando alguno de ellos a superar los tres millones de usuarios. Existen algunos plugins para determinados navegadores, pero su eficiencia es reducida ya que tan sólo funcionan con otros usuarios que lo tengan instalado. No es lo mismo.
También, y como suele pasar con las reivindicaciones populares sin respuesta, hay gente que está intentando sacar beneficio propio del asunto. Algunos aprovechados, conscientes de la popularidad de esta inexistente característica y de la ingenuidad de muchos de los usuarios, han intentado en el pasado engañar a los usuarios para que instalen una supuesta aplicación oficial inexistente. Sorprende ver la cantidad de gente que, no sólo ha caído en el engaño, sino que además está interesada en un botón de este tipo. Entonces, ¿por qué Facebook no termina con esto de raíz y añade de una vez el tan aclamado “No me gusta” de manera oficial?
¿Por qué no lo añaden?
La razón principal está clara: las marcas. Numerosas compañías y empresas tienen presencia en Facebook y gastan dinero en promocionarse en esta red social. ¿Invertirían tanto tiempo y dinero si Facebook fuese un ambiente relativamente hostil? No. No creo yo que a una empresa como McDonalds, por poner un ejemplo, estuviera cómoda sabiendo que en su página aparecen X usuarios a los que la marca le gusta e Y usuarios a los que la marca no les gusta.
Algunos diréis entonces que estas marcas también tienen muros abiertos a comentarios, en los que la gente puede expresar su disgusto con la empresa. Sí, pueden dejar comentarios negativos, pero desde la marca pueden responder a ellos con la medida que consideren más adecuada (una explicación, por ejemplo). Además, no es lo mismo que de vez en cuando aparezca un comentario negativo aislado que, de buenas a primeras, entres en un perfil y veas que hay una gran cantidad de gente a quien ya de mano no le gusta.
Pero las marcas no son las únicas que podrían ser potenciales objetivos de los “No me gusta”. Facebook siempre se ha definido como una plataforma social, donde sus usuarios pueden compartir información, imágenes y otros contenidos. ¿Qué pasaría si, de pronto, la gente empezara a marcar los estados o las fotos de sus amigos negativamente? Posiblemente muchos cambiarían la forma de compartir las cosas. ¿Afectaría al tráfico global del sitio? No es descabellado pensar que sí.
Desde el principio Facebook ha querido dar una imagen positiva, vendiéndose como un servicio que facilita la comunicación, la creación y mantenimiento de amistades y el reencuentro con los viejos amigos. Introducir un elemento con connotaciones negativas, como es el caso del “No me gusta”, podría perjudicar también bastante a su imagen. Además, los pocos beneficios que traería esta nueva característica (simplemente contentar a un grupo de usuarios) seguramente no sean los suficientes como para arriesgarse a comprobarlo.
¿Y qué dice Facebook?
Las respuestas que han dado desde Facebook a esta petición a lo largo del tiempo han ido variando, de un “no” rotundo han pasado a algo más diplomático como “es algo que hay que valorar”, aunque personalmente me da la sensación de que simplemente buscan una respuesta amable a algo que saben poco probable. La lectura, en todo caso, es la misma: no tienen pensado implementarlo a corto plazo y, por todo lo que hemos comentado, dudo mucho que lo hagan en un futuro.
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