Mastodon es una nueva red social descentralizada de código libre diseñada para ofrecer lo mejor de Twitter, sin los problemas del actual Twitter: constantes cambios en el diseño y la funcionalidad de la red social que no siempre están enfocadas a mejorar la experiencia.
Su carácter de red distribuida basada en instancias —algo que se puede entender también como una comunidad— acota el acoso, uno de los principales frentes de Twitter, y hace posible el seguimiento de “timelines” públicos y temáticos.
Eugen Rochko, el creador de Mastodon, no evita las comparaciones y dice abiertamente que su objetivo es ofrecer un clon de Twitter con lo que, a su juicio, es lo bueno de la red social mediante una interfaz parecida a Tweetdeck y con un “timeline” cronológico.
¿Federaciones?
La principal diferencia de Mastodon con el Twitter actual —y el original— es el sistema de federaciones basado en instancias. En ellas, puedes escribir públicamente a los otros usuarios registrados en la misma instancia, que suele ser temática. Es una ventaja en cuanto a la moderación y filtrado de contenido. Pero un gran inconveniente a la hora de hacer amigable el servicio a los nuevos usuarios. Mastodon.social es la comunidad principal, aunque no acepta nuevos registros “debido a la gran cantidad de tráfico”.
Aquí encontrarás todas las instancias públicas.
Para sacar todo el jugo a este sistema, la interfaz de Mastodon ofrece la posibilidad de añadir mediante columnas un “timeline” local, en el que se encontrarán las publicaciones de la instancia, y uno federado.
El “timeline” federado es algo más complejo de comprender: agrupa todas las publicaciones que provengan de otras instancias pero que tengan algún tipo de relación contigo. Es decir: podrás leer a un usuario fuera de otra instancia si le sigues para que sea una experiencia unificada. Es una forma de acotar el carácter comunitario de la instancia sin delimitar el alcance global que posee Twitter; su mayor virtud.
Es un sistema algo lioso. Pero tiene potencial para crear instancias bien moderadas y sin el ruido que caracteriza a la red social del pajarito.
Privacidad y herramientas contra el acoso
En Mastodon no hay tuits, hay “toots” y los retuits son “boosts”. Los “toots” tienen un límite de 500 caracteres para evitar las famosas tormentas de tuits, que tanta tracción han ganado en los últimos meses.
Pero lo más interesante son sus herramientas de privacidad y gestión de la lectura del “timeline”. Por ejemplo, en las publicaciones se puede insertar un botón para leer más o de advertencia de contenido sensible. De esta forma, puedes citar una idea principal y que solo los interesados la lean por completo o puedes ocultar material pornográfico o violento, algo que obliga a hacer la instancia más popular: mastodon.social.
Las funciones de privacidad son más parecidas a las de Facebook que a las de Twitter. Por ejemplo, puedes publicar “toots” solo a los usuarios que te siguen y no públicamente sin cambiar por completo las opciones de privacidad. También puedes listarlo o no en los “timelines” locales y federados.
El problema es que Mastodon no es una compañía. No genera ingresos, nadie ha invertido en ella y no tiene el plan de que cambie.
Mastodon es el proyecto de Eugen Rochko culminado gracias a un comedido objetivo económico en Patreon. Y sí, tras los cambios en Twitter ha ganado cierta popularidad, pero no sabemos hasta cuándo.
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