Cristina Aced es licenciada en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra y Máster en Dirección de Comunicación Corporativa por EAE. Trabaja como consultora en comunicación corporativa y digital e imparte cursos de forma habitual. Ha publicado varios libros relacionados con Internet. www.cristinaaced.com
Me dedico a la comunicación. Cuando me preguntan qué hago, siempre me defino como consultora de comunicación. Soy periodista, de espíritu y de formación, aunque la práctica profesional me acercó más a la comunicación corporativa. Luego quedé atrapada en la Red, y de ahí a intentar unir empresa e Internet fue solo cuestión de tiempo. Ahora, a esto le llamamos social media (medios sociales, pero en inglés suena más “chic”).
La verdad es que los que trabajamos en el ámbito digital somos bastante endogámicos: organizamos todo tipo de encuentros para hablar entre nosotros sobre estos temas y “desvirtualizarnos”. Es importante ser consciente de esto, porque si no podemos caer en el error de pensar que cualquier persona está conectada a Internet todo el día, tuiteando todo lo que ocurre a su alrededor, y esto (todavía) no es así.
Ahora ya hay cursos que guían y preparan para trabajar en el entorno digital, pero todavía no existe un título que autorice (o cuya ausencia desautorice) el trabajar en la Red. De los perfiles profesionales he hablado en numerosas ocasiones en Blog-o-corp y en Perfiles profesionales 2.0. Más allá de decidir qué título universitario o qué estudios preparan mejor para trabajar en medios sociales, creo que es más acertado hablar de competencias. Y las competencias y habilidades necesarias para trabajar en medios sociales se pueden tener (o adquirir) con procedencias educativas diversas. Si he de elegir, hoy por hoy abogo por la multidisciplinariedad, en la línea de lo que proponía hace unos días Dolors Reig en Innosfera.
Los equipos de trabajo más variados son los que mejor funcionan y más enriquecen el proyecto. La combinación de creatividad de un perfil más artístico con el orden que aporta un ingeniero, la capacidad de abstracción de un científico y la visión que puede añadir un humanista, solo por poner algunos ejemplos, aunque puedan sonar a estereotipos.
De hecho, si miramos algunos de los cursos sobre medios sociales y comunicación digital que existen, veremos que los profesionales que colaboran tienen diferentes procedencias formativas y experiencia profesional variada. Hace unos días, trinamilan escribía en Twitter: “La antropologia se pone de moda en la red, me alegro”. También hemos visto a Genís Roca hacer referencia en multitud de ocasiones a su formación en arqueología. Son dos buenos ejemplos de cómo pueden enriquecer puntos de vista diversos.
El fin de semana pasado, participé en el Congreso de Social Media de Madrid, donde estuve hablando de gestión de la reputación. Finalizado en encuentro, evaristonogales escribía: “Para reflexionar q las 2 ponencias + "científicamente" fundamentadas han sido las d mujeres? #congresodesm #selocurranmas dreig blogocorp”. No entraré ahora en un análisis de género en relación con la forma de preparar una presentación, pero creo que es una muestra más de lo útil que resulta acercarse a una realidad desde diferentes puntos de vista.
Por esa misma razón, me gusta leer sobre diferentes temas: comunicación, pero también management (entiendo la dirección de comunicación como una función directiva), sociología, márketing, divulgación científica, historia…, sin olvidar las novelas. Por supuesto, esas lecturas variopintas no me convierten en experta en ninguna de esas disciplinas (ahora que está tan de moda lo de autoerigirse “experto en”…), pero sí me ayudan a enriquecer mi visión.
Como decía al inicio del post, me dedico a la comunicación. Al fin y al cabo, los medios sociales son eso, un medio, y nunca un fin en sí mismo. Lo que hemos de tener claro es cuál es nuestro ADN, para no perdernos por el camino. Lo explicaba hace poco Xavier Sala i Martín en La Vanguardia: “Entender quién eres y actuar en consecuencia”. IBM es un buen ejemplo de eso… y no le ha ido nada mal.
Más que obsesionarnos con qué somos o a qué nos da derecho nuestra formación académica, deberíamos preguntarnos qué somos capaces de hacer. Y esto también es útil en los medios sociales. Suficientes límites nos impone ya la sociedad como para ponernos más barreras a nosotros mismos, ¿no os parece?
Imagen | Shaury