La red social de contactos profesionales por excelencia, LinkedIn, sigue demostrando porqué es una de las empresas mejor valoradas respecto a la famosa burbuja 2.0. Básicamente, por tener detrás un plan de negocio solvente y, sobre todo, capaz de seguir proponiendo modelos para generar ingresos.
Si bien hasta ahora su actividad se centraba en ofrecer servicios a los que buscan empleo en forma de contactos y otras prestaciones premium (el correo interno y mayor cantidad de datos), ahora en el punto de mira están los contratantes. Que tiemblen los portales de empleo.
La idea fue anunciada ayer en Las Vegas donde se presentó Talent Pipeline, un servicio que se integrará con el resto de la red, orientado al contratante y a la gestión de recursos humanos. En él que pueden tener una mayor organización de los candidatos internos y externos además de realizar comparativas.
En esta ocasión la novedad está en que además de organizar los patrones más básicos (edad, estudios, etc), también será capaz de dar preferencia en función de su posición geográfica, experiencia, idiomas. Es decir, algo similar a lo que ya hacen los portales de empleo tipo Infojobs (que ya critiqué en su momento), claramente amenazados, ya que su mayor ventaja se obtiene en ese terreno.
La intrusión de LinkedIn en este sector no es baladí, pues se trata del camino natural a una red social que pretende convertirse en el estándar dentro de las relaciones laborales. Expectativas sobran; no obstante, la misma empresa considera que los servicios a contratantes son un negocio fragmentado con valor de 85 mil millones de dólares.
Vía | New York Times