Cuando Google anunció que su lector de RSS Reader iba a cambiar profundamente abandonando todas las funciones sociales, lo vi como un cambio lógico. La compañía ha hecho muchos intentos para competir decentemente con Facebook o Twitter, y los fracasos no han sido pocos. Wave, Buzz...
Ahora que Google+ se ha revelado como el proyecto social más ambicioso de Google, es normal que todas las características sociales para compartir contenido de cualquiera de los servicios de la empresa se deriven a ese portal. Así, Google Reader se ha quedado como lo que fue en un principio: un simple lector de noticias sindicadas.
Sé que había una comunidad formada alrededor de esas funciones de Google Reader, pero jamás habría imaginado el revuelo que se ha montado en cuanto el rediseño se hizo efectivo hace pocos días. Muchos, incluso, calificaban a Reader como la mejor red social del mundo y lamentaban la gran pérdida incluso como un robo que ha perpetrado Google.
Frente norte: Google Reader como un lector de feeds demasiado vitaminado
Pongámonos en la situación de una persona que usa Google Reader como simple lector de feeds, nada más que eso. Google Reader puede representar un problema de distracciones enorme, y para demostrarlo sólo hay que apuntar a algo que sucede en cuanto accedes a Google Reader por primera vez.
Nada más lejos que mi caso personal: hace poco migré de una cuenta de Google antigua a una nueva con todo lo que ello conlleva, pero ni me molesté en abrir Reader al leer todas las noticias que necesito mediante listas de Twitter (reflexioné sobre este asunto el pasado mayo). Un día, sólo por curiosidad, se me ocurrió acceder. Me esperaba encontrar un Reader vacío, sin contenido. Pero me encontré con exactamente 283 ítems sin leer y una enorme lista de contactos marcados en negrita. Sin haber hecho absolutamente nada.
Para una persona a la que le interesan los contenidos que leen sus contactos, esto no es nada malo. Pero el objetivo original de Google Reader es leer las noticias de los RSS a los que nos hayamos suscrito, y para los navegantes que buscan eso, encontrarse casi 300 noticias pendientes de elementos que han compartido nuestros amigos no es nada útil. Lo malo es que el panorama nos daba a entender que Google Reader era prácticamente lo único usado en ese momento, con el permiso de algunos reductos de épocas anteriores como Netvibes.
Es por eso que encuentro lógico agradecer el cambio de Google Reader volviendo a sus orígenes, a ser un simple lector de nuestras (y permitidme que remarque la palabra nuestras) noticias y separando las funciones sociales a una red social con todas las de la ley.
Frente sur: Google Reader como una red social
Otra posición al respecto es la de las personas que abrazaron las funciones sociales de Google Reader, visitándola a diario y aprovechando esas características para comentar y discutir la actualidad con sus contactos. El cambio ha significado dejar esa actividad forzosamente, y algo así no es que deje precisamente una buena huella.
Víctor Pimentel lo dijo de una forma muy adecuada en Twitter: Google Reader era para él una red social basada en el contenido y no en las personas. Es decir: para comentar una noticia no hacía falta que alguien la publicase primero, sino que las personas acudían a comentar la noticia misma, el mismo contenido. Una red social con este concepto es una muy buena idea, aunque Google ha querido corregir eso de un plumazo con su Google+. Quizás no era el sitio correcto.
La buena noticia es que el cambio de Google Reader ha animado a la competencia a crear servicios parecidos a lo que era el lector de feeds hasta ahora (Clipboard está ganando bastante fama precisamente estos últimos días), a los desarrolladores a crear extensiones que “corrigen” la desaparición de lo social e incluso al antiguo responsable de esas funciones a ofrecer de nuevo sus servicios a Google para “restaurar el problema“restaurar la utilidad” del servicio. Eso sí que es todo un reto para la compañía de Mountain View.
¿Y si las funciones sociales no se han ido en absoluto?
Esa es la pregunta del millón, sobretodo cuando por la red muchos hablan de “desaparición”. ¿Y si lo único que ha hecho Google es cambiar las cosas de sitio? No hace falta ni salir de Google Reader para compartir una noticia con quien queramos usando Google+, y desde la barra superior podemos ir mirando e incluso comentando lo que vayan diciendo esas personas.
Algunas personas han hecho incluso una serie de círculos especiales en Google+ con los contactos que solían comentar en Reader para solucionar el problema. Se podría decir que Reader no ha dejado de ser social en absoluto, simplemente ha separado los conceptos de lector de noticias y red social para conseguir tanto que las personas que sólo quieran leer noticias tengan un buen lugar para hacerlo como que las personas que quieran comentarlas sigan pudiendo hacerlo.
Llegados a este punto, uno puede decir que las reacciones han sido exageradas o que Google ha hecho un muy mal movimiento. Y eso demuestra lo grandes que pueden ser las consecuencias con sólo un cambio de concepto.
En Genbeta | Buen trigo, buena harina, mal pan: Google Reader y el adiós del lector de feeds como negocio
Imágenes | theritters, birgerking y Robert Scoble