La semana pasada publicábamos algunos datos sobre cómo utilizan las PYMES las redes sociales y el resultado era, aunque no desastroso, muy mejorable. Este hecho puede hacernos pensar que en el fondo son las grandes marcas las que tiran del carro, pero la realidad es que no es así.
Es obvio que todo el mundo quiere estar en las redes sociales, quiere ser gustado y seguido, pero todo el modelo de negocio se nos cae si nadie está dispuesto a pagar por ello. ¿Tiene Facebook un futuro a la altura de las expectativas si no invierten las grandes empresas? No seré yo quien responda a eso, pero las grandes firmas (por ahora) prefieren invertir en otros sitios.
En The Wall Street Journal se han animado a evaluar cómo se reparte el gasto en inversión publicitaria de las principales empresas de Estados Unidos (previsiblemente con porcentajes más altos que las europeas). Además de una interesante tabla con datos puros y duros, podemos sacar algunas conclusiones interesantes: a toda marca le gusta estar en Facebook aunque prefieran otros lugares donde publicitarse (véase servicios de Google, Microsoft o Yahoo).
Por ejemplo, del total del dinero que se gastan las empresas en Internet, un 25% va para la red de Zuckerberg. Sin embargo, en contra de lo que muchos pudieran pensar, parece que seduce con mayor facilidad a pequeños y medianos anunciantes que a los grandes. Del top 1.000 estadounidense, un 62% parece confiar en las bondades de los de Palo Alto; un porcentaje que desciende hasta el 21% si nos centramos en las 50 marcas que más gastan.
Al perder el botín más jugoso y quedarse con las apuestas menores, sus resultados se empequeñecen. Aunque Facebook ha multiplicado por seis sus ingresos por esta vía desde 2009 (casi 3.000 millones, algo similar a Microsoft pese a tener un mercado menor), Google sigue manejando cantidades muy superiores (16.500 millones).
No son datos realmente malos, pero todavía algo decepcionantes. Lo que le queda por demostrar a las redes sociales es que además de fidelizar y segmentar con precisión, es más rentable invertir en ellas que en el clásico Adwords. Hasta que no se demuestre (más) que el método funciona, seguirán las dudas sobre la burbuja social.
Vía | The Wall Street Journal