El juego social es una de las últimas revoluciones que ha vivido la industria del videojuego, pese a que algunos fans hardcore no quieran darle ni tan siquiera la misma consideración que a lo que disfrutan en sus consolas. Es el mismo trato que, por ejemplo, recibe la Wii, pero unos y otros han conseguido abrir horizontes y dar millones de beneficios de dónde antes no había nada.
Esto, en cualquier industria, es un sueño hecho realidad: se ha abierto mercado a un 35% de jugadores que antes nunca habían querido jugar a nada. Pero ahora toca afrontar el futuro y, curiosamente, puede que para el Social Gaming ese futuro pase por jugar sin amigos. Y no, no es un sinsentido, aunque queda por ver si es factible.
El juego social y el respeto al usuario
Lo apuntábamos hace unas semanas a costa de los pobres resultados de Zynga: las empresas de Social Gaming están durmiendo con su enemigo. Y tienen ante sí el reto de ser visibles cuando las redes sociales tienden a invisibilizarlas.
Veamos por ejemplo el caso de Facebook: de dar posibilidad a que cada aplicación nos enviase sus propios correos y avisos pasó a minimizarlas en el apartado notificaciones y arrinconarlas en nuestro muro y en las publicaciones de nuestros amigos. De un tiempo en el que veíamos cientos de publicaciones semanales (de Farmville, de Mafia Wars, del juego que fuese) hemos pasado a otro en el que el juego que más ha crecido en usuarios, Los Sims 2, puede pasar inadvertido para muchos… Sí, es posible estar en Facebook y no ver los juegos, pese a ese tickler pensado exclusivamente para ellos.
La misma estrategia ha seguido Google+ desde que en agosto lanzase su propia plataforma de juegos: de hecho, la red de Google anunció expresamente que los juegos no invadirían tu espacio, sino que tú decidirías cómo y cuando verlos.
“Si no estás interesado en los juegos, es fácil ignorarlos. Tu actividad permanecerá enfocada en las conversaciones con la gente que te importa” .- Vic Gundotra, Vicepresidente de Google, en el anuncio de Google+ Games.
Ignorar lo que no sabes que podría interesarte
Para nosotros, perfecto: menos molestias y menos ruido en nuestro timeline. Pero para las empresas de Social Gaming el problema es terrible. Porque, parafraseando a Gundotra “cómo vas a saber si estás interesado en algo que estás inconscientemente ignorando”.
Porque el éxito del juego social vino precisamente por la viralidad, por la capacidad de engancharnos a lo que otros amigos estaban haciendo. De hecho, algunos de estos juegos ni siquiera pueden considerarse divertidos: son adictivos, obligan a volver y a superar/comparar con nuestras amistades…
Sin posibilidad de “anunciarse” en las redes de otros amigos, el juego social pierde su mayor arma para captar esos usuarios activos y diarios que marcan su capacidad de conseguir beneficios. Más lejos aún: ¿se puede jugar aislado en una red social a juegos que necesiten compañía?
Que jueguen, aunque sea solos
Dos alternativas recientes se plantean al tradicional juego viral que basaba todo su potencial en “enganchar a los amigos”. La primera de ellas es la que ha planteado ‘Civ World’, la versión social del mítico ‘Civilization’.
En su salto a Facebook, este ‘Civ’ te obliga a jugar con otra gente, no puede ser de otra manera: no puedes estar solo porque formas parte de una civilización que compite contra otras cuantas que, a su vez, están formadas por muchos jugadores individuales.
‘Civ World’ no puede ser nunca una experiencia de alguien aislado, así que el sistema te asigna compañeros. Es como el tradicional “matchmaking” aleatorio del juego online, pero con la diferencia de que aquí volverás a ver a esos desconocidos cada vez que entres a tu ‘Civ World’. Pero no importa que no interactúes con ellos, no es necesario: la partida total crece al sumar las experiencias individuales.
La otra aproximación que empieza a verse en varias propuestas, como la de ‘Dragon Age Legends’: aquí da igual que conozcas o no a nadie, que haya gente conectada o no. El propio juego te asignará compañeros de misiones controlados por sí mismo para superar aquellos retos que sean cooperativos.
Ambas experiencias son aislacionistas respecto a lo que conocíamos hasta ahora como juego social, y casi habría que hablar más de “juegos en redes sociales”, de que la red se convierte en una “consola en tu navegador”. Pero ninguna acaba de resolver el principal escollo de futuro: ¿cómo conseguimos engancharles? Ahí, si Facebook o Google+ no aceptan molestar algo más al usuario, el juego social está en peligro. Al fin y al cabo, nadie va a apostar dinero en un solitario.
Más información | Mashable
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