Jack Dorsey, CEO de Twitter, se ha erigido como un ejecutivo con un perfil demasiado cercano al de los grupos que en Internet defienden pseudociencias y terapias alternativas no basadas en evidencias científicas. Iria Reguera, compañera de Vitónica, hablaba de cómo el estilo de vida del CEO de Twitter, más allá de lo saludable que aparentemente pudiera parecer, también puede generar efectos adversos, sobre todo al hacer uso de suplementos o reducir el número de comidas sin supervisión médica. Otras prácticas, como los baños en hielo, tampoco ofrecen beneficios frente a otras técnicas, según distintos estudios.
En este sentido, en marzo hablamos en Genbeta de cómo la aparición de Dorsey en un podcast de un conocido antivacunas causó indignación, sobre todo en el contexto de desinformación que pesa sobre Twitter. La compañía se defendió asegurando que su CEO no estaba al tanto de la postura de Ben Greenfield, responsable del podcast, y que aparecer en él no significaba que respalde sus opiniones. Sin embargo, las palabras vertidas en él tampoco indican lo contrario, porque esa línea de pensamiento suele ir en línea de lo que opinan las personas que dicen sufrir hipersensibilidad electromagnética.
Como recoge Mashable, Jack Dorsey dijo en ese podcast que recientemente había adquirido una sauna a prueba de electromagnetismo, a la que no llegaba "radiación del campo electromagnético de corriente, del Wi-Fi o de las redes móviles celulares". Según Dorsey, evitándolas, "se siente un poco diferente porque no eres golpeado por toda esa energía del campo electromagnético". A ello añadió que, con el uso de la sauna se "sentía con mucha más energía" y "mucho más limpio".
No hay evidencia de que exponerse a ondas electromagnéticas sea perjudicial o de que evitarlas "nos limpie"
Para que una persona pueda sentir las ondas del Wi-Fi, o la carencia de ellas para sentirse más limpio y con más energía, tendría que sufrir hipersensibilidad electromagnética, que según un informe de la la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2006 es ese "fenómeno en el que los pacientes experimentaban efectos sanitarios adversos mientras usaban o estaban próximos a dispositivos que emitían campos eléctricos, magnéticos o electromagnéticos".
Sin embargo, según la OMS indicó en 2014, "no se ha conseguido probar que exista una relación causal entre la exposición a campos electromagnéticos y ciertos síntomas notificados por los propios pacientes, fenómeno conocido como hipersensibilidad electromagnética", y no hay pruebas de que la exposición a esos campos tenga efectos perjudiciales para la salud.
Lo que sí reconoció la OMS es la existencia de estas personas: "dicen sufrir problemas de salud por su exposición a los campos electromagnéticos y que los síntomas son no específicos". Como nuestro compañero Javier Jiménez repasaba al respecto en Xataka, que personas como Dorsey afirme sentir estas ondas se debe al nocebo "dicen sufrir problemas de salud por su exposición a los campos electromagnéticos y que los síntomas son no específicos". Cuanto más se hable de estos temas y más cabida objetiva se dé en los medios, más casos habrá de personas que dicen ser hipersensibles, pues como Jiménez recogía, las investigaciones apuntan a que "la exposición mediática a informaciones sobre la peligrosidad de cierta sustancia nos hace más propensos a ser víctimas del efecto nocebo en su presencia.
Antes de causar un daño médico grande a miles de seguidores, personas del perfil de Dorsey harían bien en aportar información científicamente contrastada que apoye la hipersensibilidad electromagnética o su sentirse más enérgico. El problema es, claro, que no hay nada, de momento, que lo avale.
Imagen destacada | JD Lasica (CC BY 2.0)
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