A principios de este mes, la Unión Europea dejaba claro que el contenido extremista debería eliminarse en una o dos horas, pidiendo a compañías como Facebook, Google o Twitter que mejoren el proceso de moderación.
El problema llega cuando tienes una plataforma con 2.000 millones de usuarios activos, ya que moderar todo el contenido generado se convierte en una tarea titánica. Los 7.500 moderadores que tiene la compañía parecen no dar a basto con la cantidad de trabajo que tienen encima.
Facebook pide perdón
Propublica, una agencia de noticias independiente y sin ánimo de lucro radicada en Manhattan, envió a la red social 49 publicaciones que incitaban al odio. El problema es que los moderadores erraron en 22 ocasiones. Es decir, en casi el 50% de los casos.
En seis de las ocasiones, Facebook se escudó en que los usuarios habían marcado mal las publicaciones (en seis ejemplos) y que no tenían demasiada información para responder (en dos casos)
Además, Facebook defendió 19 de sus decisiones, en publicaciones que incluían contenido sexista, racista y antisemita. Justin Osofsky, vicepresidente de la compañía, firmó un comunicado en el que asegura que "sienten los errores que han cometido".
"Tenemos que hacerlo mejor".
Osofsky declaró que en 2018 el equipo de seguridad de la red social llegará contará con 20.000 miembros. También ha asegurado que Facebook elimina unas 66.000 publicaciones a la semana, que previamente fueron reportadas por contener mensajes de odio.
El caso del líder checheno Ramzan Kadyrov
Precisamente, esta semana conocíamos que fueron bloqueadas las cuentas de Facebook e Instagram del homofóbico líder checheno Ramzan Kadyrov. Narcisista empedernido, utilizaba las redes sociales para hacer gala de una "masculinidad" desmedida y presumir de supuestos logros deportivos.
Los perfiles de Kadyrov se cerraron después de que fuera incluido en la lista de personas prohibidas de los Estados Unidos. En este caso, se le penalizó por su actitud homófoba fuera de las redes sociales, ya que utilizaba sus perfiles para alimentar su ego.
En una segunda cuenta de Instagram (a la que ahora tampoco se puede acceder), emitía un comunicado en el que parece un tanto resentido. Aseguraba que él mismo ya había pensado en borrar sus perfiles:
"Querían molestarme, pero fallaron. Durante mucho tiempo estuve pensando en abandonar esta red social, pero no quería molestar a mis amigos y seguidores, casi cuatro millones. La red ha pretendido desde hace tiempo ser independiente de Washington D.C. y su decisión se produjo inmediatamente después de las sanciones del Tesoro de los Estados Unidos. Podrán bloquear las cuentas, pero nunca podrán bloquear el nombre de Ramzan Kadyrov, ni las redes sociales ni quienes las manejan".
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