El nuevo Facebook ¿atacando a la privacidad o sirviendo al usuario?

Desde que Mark Zuckerberg anunció en el evento f8 las novedades que traería Facebook, no he dejado de leer opiniones de todo tipo. Por un lado están los incondicionales de Facebook que hubieran alabado a la red social aunque solo hubieran lanzado un nuevo logo. Y por otro, están los antiFacebook que la hubieran criticado aunque hubieran acabado con la crisis económica.

En cualquier caso, nos vamos a centrar en si las nuevas características de la red social de Palo Alto son un ataque a la privacidad, como han dicho muchos, o en realidad es un beneficio para todos los que usamos la usamos día a día.

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Facebook monitoriza nuestras actividades

Esa es la razón por la que muchos han puesto el grito en el cielo sobre Facebook. Muchos critican el sistema por ofrecernos, por ejemplo, publicidad optimizada a nuestras actividades. Al monitorizar Facebook todo lo que hacemos dentro de la red social, un sistema programado puede estimar cuál será la publicidad más efectiva en el caso de cada uno de nosotros.

Estas críticas se fundamentan principalmente en que, cuando Facebook monitoriza nuestra actividad, estamos perdiendo una parte de la privacidad, ya que está almacenando los datos de las cosas que nos gustan, lo que solemos hacer, nuestras costumbres, etc. Pero pensemos por un momento en el valor que tienen realmente estos elementos.

¡Oh! cuán peligroso puede ser para nosotros que los servidores de Facebook almacenen si nos gusta Coldplay o el cine mudo, o si nos solemos conectar a Facebook por la mañana o antes de acostarnos. Imaginemos un mundo donde los servidores de Facebook hayan evolucionado en supermáquinas con conciencia y nuestra vida dependa únicamente de quién sabe más sobre las conductas humanas.

Detrás del velo de ironía tendido en el párrafo anterior se puede vislumbrar la que es, en realidad, mi humilde opinión. Hacia la cual, dicho sea de paso, espero críticas con contraargumentos.

Mientras que hace años se luchaba por la libertad de opinión y porque se tuviera en cuenta a cada uno de los seres humanos, ahora mismo se está luchando por pasar de la manera más desapercibida posible. Los que “fliparon” con Minority Report cuando a Tom Cruise se le mostraba un holograma publicitario que se dirigía a él por su nombre, hoy critican que Facebook nos muestre bloques de publicidad adecuándose a nuestras preferencias.

Facebook, ni el malo ni el bueno

Y nadie está diciendo que la monitorización que Facebook hace de nosotros sea pensando exclusivamente en nuestro beneficio. Obviamente, saber todo lo que nos gusta y nuestras costumbres en la red, les permite convertirse en un sistema de publicidad muy eficiente, y consecuentemente, obtener ganancias mucho mayores. Pero lo valiente tampoco quita lo cortés. Como usuarios preferimos que ya que se nos va a mostrar publicidad, que se nos muestre lo que nos interese.

Por otro lado, muchos de los que han hablado sobre esta perdida de privacidad son los que luego se benefician de ella, los que luego pagan publicidad a Google o a Facebook esperando que funcione, los que ponen todas las esperanzas de su negocio en la publicidad online. Y estas inversiones de publicidad son alabables, pero resulta chocante, al menos para mí, que ambas dos acciones (criticar la privacidad de Facebook e invertir en publicidad) puedan solaparse en un mismo sujeto.

Opiniones paradójicas

Tampoco son aceptables las opiniones que dicen que nuestros amigos pueden ver todo lo que hacemos en Internet en cada momento, por dos razones principales. Por un lado, nadie nos obliga a hacer uso de una herramienta que nos permite estar más cerca de quien nos importa. Y en segundo lugar, Facebook proporciona las opciones necesarias para que ajustemos la seguridad y compartamos con quien nos plazca.

Pero es realmente paradójico ver a gente que opina contra la privacidad del medio que está utilizando para dar esa opinión. Una opinión que no podría dar de otra manera, y que sin Facebook no tendría ninguna repercusión.

En cualquier caso, esto es solo lo que yo pienso, y espero que cada uno se sienta libre de criticar lo que opino y cuestionarlo. Pero no puedo sentir menos que indignación, cuando veo cómo se atacan a sistemas para los que, hace menos de diez años, solo había buenas palabras porque nos recomendaban canciones o películas que nos gustarían, y lo hacían en función de las que solíamos escuchar o ver.

Especial | Evento f8 de Facebook

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