Así es el nuevo diseño de Facebook: un vistazo al último gran cambio de piel (y enfoque) de la red social por excelencia

Facebook lleva semanas desplegando progresivamente a sus más de 2.600 millones de usuarios el nuevo diseño de su versión de escritorio anunciado en la conferencia F8 de 2019. Un aspecto renovado al que puede optar la comunidad, siempre teniendo la opción de volver al diseño anterior, que revela las nuevas prioridades de la red social por excelencia.

El cambio es importante, no cabe duda. La interfaz cambia radicalmente y lo hace no solamente por una cuestión estética, según explicó Mark Zuckerberg el año pasado. Lo hace porque, asegura, una meta para los próximos cinco o diez años es "construir plataformas privadas con la riqueza que las plataformas públicas han tenido hasta ahora".

Eso es algo, aseguraba el máximo responsable de Facebook, que "debe hacerse con una infraestructura diferente, políticas diferentes y, hasta cierto punto, valores diferentes". La gran red social busca llegar a ese futuro en el que la comunicación más privada es la base y este nuevo diseño es, en principio, una primera piedra. El principio del fin de una etapa, por verlo de otra manera.

Un diseño del móvil al escritorio

El objetivo de este despliegue progresivo es que aquella gente indecisa pueda ir acostumbrándose poco a poco, volviendo al aspecto anterior si lo necesita, antes de que sea el predeterminado a finales de año. Aunque el diseño, como los usuarios de las aplicaciones móviles de Facebook habrán comprobado, es un viejo conocido en cierta medida. El mobile first ha entrado en juego.

Porque lo primero que salta a la vista nada más acceder a Facebook con el nuevo diseño es la barra superior. Como en el caso de las aplicaciones móviles, la plataforma ha centrado en ella las opciones principales, las que quiere destacar, que son: Watch (vídeos), Marketplace (compra-venta), Grupos y Juegos.

Tras este primer impacto, no sorprende menos la columna izquierda, la que siempre ha existido, y su renovado aspecto. Un diseño que resume el conjunto del cambio de la interfaz: texto más grande, más espacios en blanco y navegación simplificada. Se aprovechan mejor las pantallas con mayor resolución.

Por otro lado, arriba a la derecha, seguimos encontrando prácticamente las mismas opciones que con el anterior diseño. Es decir, acceso a configuraciones, notificaciones... además de un botón para crear cualquier tipo de contenido e incluso página o evento y un acceso directo, clicando sobre el nombre de usuario y la foto, a nuestro perfil que también ha sido renovado.

En este caso particular, más allá del cambio de interfaz en sí siguiendo lo ya dicho (textos más grandes, mayores espacios en blanco, mejor aprovechamiento de la pantalla, simplificación), los nuevos perfiles de usuario siguen manteniendo intacta la estructura de una gran columna con contenidos, a la derecha, acompañada de una más pequeña, a la izquierda, en la que se quedan fotografías, listado de amigos, etcétera. Eso sí, lo que más llama la atención: el cambio en el encabezado.

Nuestra foto de portada, nuestra foto de perfil, nuestro nombre y nuestra descripción cobran mayor protagonismo al mostrarse en una posición centrada en la pantalla. En nuestra opinión, es más vistoso. La diferencia se nota y mucho cuando, tras semanas con este nuevo diseño, uno vuelve al anterior. De pronto, es como si hubiésemos retrocedido años. Pese a que el nuevo aspecto pueda ser hijo de su tiempo y quizás no vaya a perdurar demasiado, se percibe como contemporáneo, del presente.

Dejando a un lado el diseño en sí mismo, resulta interesante comprobar cómo Facebook ha elevado la importancia tanto de los grupos como de los juegos, llevando sus accesos a esa fila de iconos principal que hemos comentado líneas más arriba. Sin duda, como con Watch (un pequeño rival de las plataformas de vídeo o Marketplace (competencia de Wallapop y similares), se busca que el usuario acceda una y otra vez. Que tenga en cuenta estas vertientes.

Una vez dentro, tanto de Watch, Marketplace o Juegos, uno se encuentra con lo que ya conocía renovado con el actual diseño. Las novedades, en este sentido, no van más allá. El verdadero cambio, el de fondo, es el nuevo enfoque de Facebook: centrarse en las comunicaciones privadas. De ahí que los grupos ocupen ahora un lugar prominente y, de paso, impulsen los eventos.

De los más de 2.600 millones de usuarios activos mensuales de Facebook, 400 millones están en algún grupo y 700 millones usan regularmente los eventos. Son cifras bajas que la plataforma quiere aumentar para, poco a poco, equilibrar las fuerzas y que el feed de noticias y publicaciones, que algunos disgustos les da, no se lo lleve todo. Para que esta red social deje de ser solamente un lugar en el que ver lo que publican otros y seguir unas cuantas páginas, pasando a ser un centro de la relación con amigos o contactos con los que compartimos intereses. Una extensión de lo que podría ser un grupo de WhatsApp, salvando las distancias. Está por ver si lo conseguirá.