Un videojuego imposible de ejecutar para una vetusta GPU de un ordenador gubernamental.
Un empleado de una empresa en Estados Unidos estaba a punto de ser despedido: sus coordinadores lo acusaban de jugar a videojuegos en el ordenador del trabajo e instalar software de terceros. Todo comenzó cuando un directivo vio en la pantalla del trabajador la interfaz de un videojuego.
Ante una acusación así, ¿cómo puede un trabajador defenderse para mantener su puesto de trabajo y no verse en la calle?
En la siguiente historia tenemos un ejemplo: Erik Strobl, abogado, contó en X que un hombre fue acusado de jugar a videojuegos en su ordenador de trabajo y "conseguí exculparle demostrando de forma concluyente que la tarjeta gráfica proporcionada por el empleador no podía ejecutar el juego que su supervisor afirmaba haber visto, ya que consumía muchos recursos".
El juego que le salvó, una incógnita
La historia de Strobl vino a raíz de una pregunta realizada por Daily Union Elections, dedicado a la lucha sindical, donde preguntaba: "Amigos sindicalistas, ¿cuál es el mejor agravio que habéis ganado?". Tras esta respuesta, muchos usuarios de X especularon sobre qué juego sería.
El abogado dio algún detalle más y se resolvió el misterio. Resulta que el empleado que se jugó su puesto, estaba viendo el análisis de un videojuego durante un descanso. Su coordinador lo vio y pensó que era que él estaba jugando.
Esto llevó a una acusación de instalar software no autorizado de terceros en un ordenador gubernamental (cosa que no hizo ni podría haber hecho, teniendo en cuenta la tarjeta gráfica)".
"Si te acusan de ser un gamer, resuelve el problema como un gamer", respondió un tuitero. Lo que no hemos llegado a saber ha sido el juego de la polémica. Hubo muchas bromas en X, pero sin que Erik respondiera.
Una versión anterior de este artículo se publicó en 2023.
Imagen | Florian Olivo en Unsplash
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