Los estudios lo dejan bastante claro: cada vez son más los usuarios que no saben distinguir entre anuncios y contenido original en la web. Un ejemplo: la mitad de los navegantes adultos no saben diferenciar entre un enlace patrocinado de Google y un resultado normal del buscador.
Eso es una muy buena noticia para los anunciantes, pero una muy mala noticia para los medios que trabajen duro para ofrecer contenido trabajado y para los propios usuarios que se pueden ver engañados. Por eso vemos necesario repasar algunos consejos que nos permitan saber separar bien lo que es un anuncio de lo que es el contenido original.
Hay que buscar siempre los indicadores
Sobretodo, cuando intentemos distinguir entre algo que sea un anuncio o contenido original, tenemos que buscar siempre si esa zona donde está el contenido viene remarcada por un texto en alguna parte donde se señale que es un anuncio. El ejemplo que veis justo arriba es de este mismo sitio, marcando un anuncio como tal.
Lo mismo ocurre en los buscadores como Google: ¿veis ese recuadro amarillo en el primer resultado? Nos está indicando que eso no es un resultado de nuestra búsqueda, sino un anuncio que ha aparecido en base a lo que hemos buscado. A veces esos indicadores son muy pequeños, así que hay que fijar bien la vista.
La tarea de tener que separar anuncios de contenido normal se hace más difícil en portales de descarga. En el ejemplo superior tenemos hasta tres botones para descargar una aplicación: ¿sabríais adivinar cuál es el real? Esta web marca donde está la publicidad con un texto, pero es muy fácil ir más rápido de lo que uno debería y pulsar en los anuncios en vez de en el botón real.
Aparte, una recomendación que también podemos hacer aquí es que miremos siempre de utilizar la web oficial de una aplicación para descargarla en vez de portales de descarga para evitar este tipo de confusiones.
Las alarmas catastróficas son probablemente engaños
Algo que sucede mucho entre los usuarios con menos experiencia: de repente, un anuncio a pantalla completa aparece en el navegador en el que se nos avisa de que tenemos infecciones en el sistema o nuestros datos han sido secuestrados (sobretodo si visitamos webs de descargas P2P).
Que no cunda el pánico: probablemente es un anuncio que busca asustarnos para que compremos antivirus sin ningún tipo de ética (os miro a vosotros, señores de MacKeeper), y podemos salir de ese anuncio cerrando el navegador y volviéndolo a abrir, para tener cuidado con la web que nos ha abierto la publicidad en primer lugar.
La prueba del algodón: usar un adblocker temporalmente
Un modo de poder comprobar fácilmente si estamos ante un anuncio y no estamos seguros de ello con lo que vemos en la web es utilizar un bloqueador de anuncios de forma momentánea. No podemos decir que funcione en el 100% de los casos ya que ningún bloqueador es perfecto, pero es una buena medida.
Simplemente podemos activar un bloqueador de anuncios y recargar la web para que se aplique ese bloqueo. Si el contenido del que sospechábamos desaparece, entonces se trata de un anuncio. Si sigue ahí, entonces lo más probable es que sea contenido original. Luego podremos desactivar el bloqueador de anuncios a nuestro gusto (hay algunas webs con publicidad demasiado intrusiva, que es uno de los motivos principales por los que se instalan esos bloqueadores).
Imágenes | Martin Abegglen, thecrazyfilmgirl
En Magnet | He estado pulsando en la publicidad de todas las webs porno que visito
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