A las alturas a las que estamos, con todo el mundo concentrado en las aplicaciones móviles y los servicios en la nube, ya es raro ver cómo un grupo de personas se ha dedicado a crear un nuevo navegador de escritorio (con el permiso de Spartan). Su nombre es Vivaldi, ha nacido de la mano del antiguo CEO de Opera Software y quieren que sea un "navegador rico en funciones y muy flexible" basado en el motor Blink que Google escindió de Webkit.
O sea, que Vivaldi quiere ser un navegador a medida para todos los usuarios experimetados que quieren poder hacer de todo. De momento empiezan bien, porque la Technical Preview que han publicado es compatible con Windows, Linux y OS X. Repasemos algunas de sus características principales, para ver si realmente se diferencia de los otros navegadores a los que ya estamos acostumbrados.
Vivaldi: una base y aspecto reconocibles para un nuevo navegador
Vivaldi tiene este aspecto que podéis ver justo arriba. A primera vista es un navegador que carga razonablemente rápido y tiene una interfaz pensada para rendir más que para ser atractiva. La barra de direcciones, junto con la pestaña, adopta uno de los colores que haya en la web que tenga abierta. En el caso de Genbeta coge el marrón de nuestro logotipo.
Se reconocen también algunos botones ya presentes en otros navegadores: navegar hacia atrás o adelante, ir a la página inicial o recargar. La barra de direcciones tiene un botón a la derecha para guardar una web en marcadores, y hay una caja de texto separada para hacer búsquedas en Google u otros buscadores preintegrados cada uno con su atajo de teclado predeterminado (Amazon, Wikipedia, eBay, DuckDuckGo, Startpage o WolframAlpha).
La página de nueva pestaña consiste en un "Speed Dial" desde el que podemos acceder rápidamente a las webs que configuremos en ella, y también hay botones para entrar rápidamente a nuestros favoritos o al historial. La barra de pestañas funciona como se deduce, pudiendo navegar horizontalmente entre ellas con el ratón o usando CTRL/CMD + el orden de la pestaña. Hasta aquí, son características que tampoco faltan en otros navegadores.
Funciones "made in Vivaldi"
¿Qué es lo que hace que Vivaldi pueda diferenciarse como navegador? Pues varias cosas, empezando por unos cuantos accesos directos a opciones puestos con la intención de que el usuario experto pueda acceder a ellas ás rápidamente que en navegadores alternativos.
Esas opciones no son precisamente básicas: tenemos una barra inferior donde, además de ver las URL de los enlaces que coloquemos bajo nuestro cursor, podremos modificar el zoom de la web con un slider. Además, hay un botón que nos bloquea la carga de todas las imágenes de una web por si queremos que se abra más rápido y sólo nos interesa el texto de la página.
Una barra lateral (algo arriesgado a colocar en un navegador, pero ahí van con ella) nos da más accesos directos a las descargas, una lista de favoritos y a otros servicios que aún necesitan pulirse: un correo, una agenda de contactos y anotaciones que podemos guardar en el mismo navegador.
Lo que me ha parecido más interesante es una característica en las pestañas: cada una puede ser una pila de pestañas, lo que nos permite agrupar páginas web. Para los que siempre tengan docenas de webs abiertas, esto puede ser un buen método para agruparlas. Faltaría que asignen atajos de teclado para navegar mejor entre ellas, ya que por ahora sólo he podido abrirlas pulsando en una barra horizontal muy estrecha que se queda encima de la pestaña.
¿Qué futuro puede tener Vivaldi?
Hay que decirlo, conseguir una comunidad de usuarios con un navegador completamente es muy difícil a día de hoy. Y si ese navegador se enfoca a los usuarios hardcore que abren docenas de pestañas a diario y se mueven a la velocidad de la luz con atajos de teclado, entonces es todavía más difícil. Son esos usuarios los que más se resisten a cambiar de navegador.
Además, Vivaldi está todavía en una fase muy temprana de juegos. Instaladlo más bien para saciar curiosidades y experimentar, pero no está preparado para ser un navegador principal ni de lejos. Pero tampoco seamos tan negativos: Vivaldi es una idea que si se lleva bien a cabo puede acabar convirtiéndose en un "Power Browser" para los más expertos, y de momento saca la misma puntuación en el CSS3 test que Chrome (un 58% de compatibilidad) y tarda 163,6 milisegundos con el Sunspider Test de Javascript.
Su futuro, tal y como dicen en la web oficial, pasará por tener integrado un servicio de correo, sincronizar configuraciones, mejorar su rendimiento para ser "el navegdor más rápido del universo" y estrenar extensiones. No lo veo con una gran cuota de mercado y provocando temblores en Google o Mozilla, pero quizás pueda apuntar hacia el profesional con todas sus funciones y su alta personalización. Todo es ver como evoluciona, porque de momento aún está muy verde.
En Genbeta | Compatibilidad con las extensiones de Chrome, el arma secreta del navegador Spartan
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