Una de las características más destacadas por parte de Microsoft en su navegador Internet Explorer 8 era la privacidad. En un pequeño gráfico, Microsoft decía que Internet Explorer era el navegador con mayor privacidad, por encima de competidores Firefox y Chrome. Sin embargo, parece que desde Microsoft no estaban tan preocupados por este aspecto como podía parecer.
El equipo de desarrolladores de Internet Explorer 8 quería hacer un filtro que protegiese la privacidad de sus usuarios al máximo, evitando el seguimiento de sitios de terceros, como estadísticas y anuncios. Sin embargo, en Microsoft había un conflicto de intereses. Como Google, la empresa de Redmond estaba intentando meterse en el mercado de la publicidad online, y ya había dado algunos pasos con la compra de aQuantive en 2007.
Con el filtro inPrivate, las agencias de publicidad online tendrían más difícil establecer patrones y gustos de los usuarios, haciendo los anuncios menos efectivos y, por lo tanto, menos rentables. Así, en Microsoft había dos grupos de debate: el de los desarrolladores, que querían colocar ese filtro; y el de los ejecutivos, que querían evitarlo para no perjudicar su sección de publicidad online. Al final sí se creó ese filtro inPrivate, pero no estaría activado por defecto.
Las consecuencias, teniendo en cuenta el usuario tipo de Internet Explorer, probablemente sean muy similares a lo que se habría producido si no se hubiese creado ese filtro. Me explico: gran parte de los usuarios de Internet Explorer lo son por dos razones: porque nunca han probado otro navegador, ya sea por falta de ganas o por desconocimiento; o porque no tienen otra opción, como los usuarios en empresas y administraciones.
De estos dos grupos de usuarios, la mayoría no se pondrá a toquetear las opciones de privacidad de Internet Explorer. Algunos porque no tienen ni idea de cómo proteger su privacidad, otros porque no tiene la posibilidad de cambiar la configuración de su navegador. Al final, podríamos tener aproximadamente un 20% de usuarios de IE8 con el filtro inPrivate activado. Si tenemos en cuenta su cuota total de mercado con respecto a todas las versiones de IE (40% aproximadamente), sólo un 8% de todos los usuarios del navegador de Microsoft se beneficiarían de este filtro.
Además, esta cifra no subiría demasiado con el tiempo. Los usuarios que todavía mantienen versiones antiguas del navegador pertenecen de forma más clara a los dos grupos que he mencionado arriba, usuarios que por las razones que sea no se ponen a toquetear y explorar opciones del navegador. Cuando actualizasen a la versión 8, es poco probable que activasen el filtro inPrivate.
Comparado con el número de usuarios que podrían tener el filtro inPrivate activado si estuviese encendido por defecto (casi todos), ese 10%, aún siendo en gran parte especulación mía, parece una verdadera miseria.
Para mí, esta actuación de Microsoft no es la más correcta. Si se vende como un navegador más seguro y con mejor privacidad que los demás, no debería dejar esta opción desactivada por defecto, sobre todo teniendo en cuenta a sus usuarios, menos proclives a probar y explorar opciones que los de otros navegadores como Firefox, Chrome u Opera. Microsoft hizo de Internet Explorer 8 un buen producto, y cosas como esta lo estropean y deterioran aún más su imagen.
Actualización 5/8/10: Parece que no me he explicado bien en cuanto al filtro InPrivate. Este filtro desarrollado por el equipo de IE detecta cookies de terceros que aparecen en varios sitios distintos como cookies de seguimiento y las bloquea. No bloquea todas las cookies de terceros, sino sólo aquellas que por su comportamiento provienen de anunciantes y servicios de analítica web. Es totalmente diferente de la navegación InPrivate, la navegación privada que implementan todos los navegadores, y que lo que hace es borrar los datos de navegación una vez finalizada la sesión. Probablemente conozcáis esta navegación como el “modo incógnito” (Chrome) o también el “modo porno“.
Más información | Wall Street Journal
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