Aunque se filtró un día antes, el 2 de septiembre del 2008 Google liberó de forma oficial la versión Beta de Google Chrome, su flamante nuevo navegador web. Google había estado mostrándole su apoyo a Firefox, pero finalmente se decidió a ir por su cuenta utilizando como principales armas el motor de renderizado de Safari, WebKit, una nueva máquina virtual a la que llamaron V8, y una página de inicio muy similar a Speed Dial de Opera.
Ocho años han pasado desde entonces, que aún siendo poco tiempo le ha servido a Chrome para superar a todos los navegadores del mercado posicionándose como el líder absoluto del sector. Y aunque últimamente están naciendo nuevos proyectos, parece aún muy lejano el día en el que alguno de ellos pueda destronar al campeón de Google.
'¿Y por qué estamos lanzando Google Chrome? Porque creemos que podemos agregar valor para los usuarios y, al mismo tiempo, fomentar la innovación en la web.'" Con estas palabras explicaban Sundar Pichai y Linus Upson, Vicepresidente de Gestión de Productos y Director de Ingeniería respectivamente, el por qué una empresa como Google se lanzaba a tal aventura.
En nuestro primer análisis os contábamos que para ser una beta no estaba nada mal, que tenía varios fallos pero que parecía tener un futuro prometedor. Eso sí, su primera beta no la vimos ni como una panacea ni como un navegador que estuviese aún listo para el uso diario. Ocho años después más de la mitad de los internautas del mundo sigue confiando en él.
La comunidad lo recibió con guasa en un primer momento encontrando muchos parecidos razonables entre su logo y otros productos. Acho años después, la broma más recurrente respecto al navegador de Google suele ser la que se refiere a la mucha memoria RAM que ha estado consumiendo en sus versiones de los últimos años.
En cuanto a las novedades, lejos quedan ya el autorrelleno de formularios de la versión 6, la aceleración por hardware que aceleraba 60 veces su rendimiento en la séptima, o la [sincronización de contraseñas de la octava versión. Sus últimas mejoras están siendo de rendimiento para dejar atrás su fama de tragón, su destierro de Flash utilizando HTML5 por defecto o la integración de Google Cast para poder hacer streaming en los Chromecast sin necesitar extensiones.
Pero la importancia de Chrome va más allá de su utilidad como el navegador de una empresas. Junto a él Google también mantiene Chromium, un proyecto de código abierto en el que la comunidad coopera para desarrollar nuevas características y estándares web, y en el que se basan muchos otros proyectos. Es una jugada maestra por parte de Google, ya que además de valerse del feedback de la comunidad para desarrollar Chrome también desarrolla la base que utiliza parte de su competencia. Si alguna vez Chrome se ve superado, es posible que sea gracias a Chromium.
Chrome es el rey indiscutible de los navegadores
Source: StatCounter Global Stats - Browser Market Share
Ocho años después de su lanzamiento, Chrome es el rey indiscutible de los navegadores, y pese a las diferencias en sus metodologías, tanto NetMarketShare como StatCounter, las dos principales páginas de estadísticas, siguen encaromándole en lo más alto de sus tablas de tasa de adopción. Eso sí, con diferencias en sus interpretaciones.
NetMarketShare refleja aún el impacto de Internet Explorer a nivel corporativo, y aunque corona a Chrome como líder con el 53,97% de cuota de mercado, aún no lo aleja demasiado del navegador de Microsoft, al que sigue concediéndole un 27,38%. En cuanto al resto, Firefox se coloca con un 7,79% de uso, Microsoft Edge con un 5,16%, y Safari con un 4,28%.
StatCounter por su parte le da a Chrome un 58,37%, un número parecido al de la anterior web, aunque no coloca a su rival más próximo hasta toparnos con el 13,92% que sus estadísticas le dan a Firefox. Internet Explorer en este caso tiene un 9,8%, Safari un 9,61%, y Opera se conforma con un 1,78% de uso.
Quienes no aparecen son nuevas propuestas como Vivaldi, el navegador para usuarios avanzados del ex-CEO de Opera, o Brave, el nuevo proyecto del ex-CEO de Mozilla. La premisa en ambos cambios es la misma que utilizó Google en su día con Chrome: las tecnologías web cambian y merece la pena crear un navegador que se adapte a las exigencias de hoy. ¿Conseguirá alguno de estos dos proyectos o algún otro superar a Chrome? Lo veremos durante los próximos ocho años.
En Genbeta | Google Chrome Beta: lo probamos
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