Con las cookies de terceros condenadas a desaparecer, como mínimo en el navegador Google Chrome, parte de las empresas dedicadas a la publicidad en línea están buscando alternativas a los rastreos y mediciones actuales en los métodos que usaban en el sector no hace tantos años.
La razón de esta migración a antiguas formas de evaluación de audiencias la encontramos en la decisión tomada por Google de acabar con las cookies de terceros, que sirven principalmente para rastrear a los usuarios, en 2022. Se van a quedar sin una gran forma de segmentar y necesitan un remplazo.
Antiguas técnicas de medición para nuevos tiempos de privacidad
Este movimiento de algunos anunciantes que avanza la publicación especializada Digiday se está traduciendo, principalmente, en una vuelta a las encuestas.
"Las agencias de publicidad están recibiendo fervientes propuestas de las compañías de investigación que entrevistan a los usuarios a través de encuestas en persona o en línea", asegura un ejecutivo publicitario que no quiere ser citado a la publicación. Una vuelta a los orígenes que podría asegurar datos mínimamente equiparables a la información que reciben actualmente gracias a las cookies.
La decisión tomada por Google, aseguran tres fuentes distintas, también supone el regreso de las ofertas publicitarias programáticas garantizadas. Es decir, de los acuerdos entre anunciantes y anunciadores con un precio prefijado para un inventario de impresiones determinado en cantidad y duración.
Algo tan común hace unos años, pero desterrado en la actualidad por el mercado abierto, podría volver dado el conocimiento que los responsables de los portales tienen sobre su propia audiencia. Una baza que jugarán de cara a unos anunciantes más ciegos que antes y con el mismo interés de vender e impactar en las diferentes audiencias más allá de plataformas como Google o Facebook.
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