Google va a poner en práctica lo que ya anunció en noviembre del año pasado: las extensiones locales de Chrome para Windows serán bloqueadas por defecto en Chrome 33. Los usuarios sólo podrán instalar extensiones alojadas en Chrome Web Store, salvo aquellas que se instalen mediante políticas de grupo o el denominado developer mode. Dos fórmulas que están lejos del usuario normal.
Este cambio sólo afecta a las versiones para Windows de los canales estable y beta. Los canales Canary y Dev para Windows y el resto de versiones para otros sistemas operativos quedan fuera de la medida. Los desarrolladores y demás interesados podéis ampliar información en el FAQ publicado por Google.
Los complementos para navegadores son un foco potencial de riesgos de seguridad. Chrome no es una excepción. Hemos visto casos de extensiones compradas por terceros con oscuras intenciones, que han sido eliminadas después de Chrome Web Store. Si ha ocurrido dentro de la propia tienda, las que se escapan del control de Google son todavía más peligrosas.
A partir de Chrome 33 para Windows, ahora en fase beta, cualquier extensión que no esté en la tienda no se podrá instalar, salvo con los métodos ya mencionados, y las que ya se hayan instalado quedarán bloqueadas. La justificación de la medida es proteger a los usuarios de Windows del denominado malware.
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