Damien Riehl y Noah Rubin, dos músicos y programadores, han desarrollado y puesto en práctica un algoritmo que ha generado todas las melodías básicas posibles, lo que ha generado una cifra estratosférica de 68,7 mil millones de melodías. Para ello, han utilizado MIDI, haciendo combinaciones de 8 notas con 12 tiempos.
Detrás de este hito, hay una gran historia de derechos de uso de la música y copyright. A día de hoy, cada vez es más fácil que una canción reciba una demandan por violar los derechos de otra compuesta con anterioridad, pues al utilizar la misma escala, solo hace falta que coincidan 8 notas para que la denuncia tenga sentido legal.
Así, aunque haya gran cantidad de plagios, también hay meras coincidencias que encajan dentro de lo reclamante, más por limitaciones del espectro que nos suena bien y al que estamos acostumbrados (y que hemos escuchado aunque no lo recordemos), que por lo que la música permite realmente. Veamos qué aporta el logro de Riehl y Rubin a la música.
"Todas las melodías posibles están en este disco duro"
Damien Riehl dio una charla TEDx sosteniendo un disco duro el 31 de enero de 2020, y en ella lanzó la sorprendente máxima de que "todas las melodías posibles están en este disco duro y por lo tanto tenemos el copyright sobre ellas". Esto, que parece una locura, tiene sentido, porque como luego explicaba, la ley te ampara si tu melodía está guardada en un formato físico, y un disco duro lo es.
Así, tras generar todas esas melodías, las subieron a Internet Archive, donde todos los artistas y personas curiosas que quieran experimentar puedan hacerlo. La biblioteca es totalmente libre con licencia Creative Commons Zero, y han publicado el algoritmo en GitHub para que desarrolladores puedan seguir produciendo melodías más complejas en otras escalas. Si eres desarrollador y las publicas, deberás hacerlo, eso sí, con licencia Creative Commons. Lo que no está del todo claro es que estas melodías pertenezcan al dominio público, pues como dicen en Vice, esa suele ser una consideración que alcanzan los contenidos tras la muerte de un artista, o con algunos propiedad de entes públicos.
La generación de melodías es sencilla pero costosa en tiempo, pues para llegar de 'do do do do do do do do' a 'do do do do do do do do' en la siguiente escala, pasando por 'do do do do do do do re' y sucesivas, necesitaron una semana. El ritmo de generación de melodías en MIDI era increíble: 300.000 melodías por segundo.
Riehl y Rubin esperan que esta base de datos abierta de melodías registradas ayude en los litigios de propiedad intelectual de música, pero conseguir que sea efectivo no será sencillo, porque la legislación varía entre países. No podemos olvidar que, como comentaba el abogado especializado David Bravo, hasta el silencio está registrado: "Incluso el silencio tiene propietario, pues el grupo británico The Planets fue demandado a mediados del año 2002 por los herederos de John Cage al considerar que su canción A One Minute Silence (que consistía en 60 segundos de silencio) plagiaba la obra conceptual 4'43" del citado compositor estadounidense (una pieza musical de 273 segundos de absoluto silencio que data de 1952)".
Vía | Vice
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