Cuando piensas en alternativas a Spotify, uno de los primeros servicios que vienen a la mente es Grooveshark, cuya popularidad ha ido creciendo a pesar de las asociaciones defensoras de los derechos de autor, que en alguna ocasión han intentado ponerle freno. Ayer mismo, este reproductor online dio un gran paso al presentar su renovada interfaz.
Siguiendo las tendencias actuales de diseño web, lo primero y primordial era ofrecer un entorno más limpio, objetivo que se ha conseguido sin renunciar al aprovechamiento del espacio disponible en pantalla. Pasada la elemental pantalla de bienvenida, bien planteada para promociones, ahora encontramos una barra superior que sirve de menú donde se agrupan las principales opciones, y que permite llevar el área de navegación entre canciones hasta la izquierda, dotándola de más espacio.
Una nueva columna derecha recopila, además de la indispensable publicidad, una serie de coincidencias para completar nuestros resultados de búsqueda. El reproductor de la parte inferior será lo que más nos recuerde al antiguo Grooveshark, aunque éste también ha recibido una importante limpieza.
Grooveshark: primero la música, luego todo lo que quieras
En general, la interfaz ha sido liberada de marcos, iconos, bordes y contrastes de colores, dándole un toque que recuerda al reproductor de iTunes pero sin llegar a perder su identidad. El objetivo era conseguir que la experiencia de usar la radio fuera más sencilla, y por tanto más satisfactoria, y podemos decir que lo han conseguido.
Otro imprescindible en los tiempos que corren es el acercamiento a las tendencias sociales, y para ello la interfaz viene cargada de soluciones para fomentar la participación de su comunidad de usuarios. Encontrar amigos con gustos similares, cotillear lo que otros escuchan, dejar comentarios o compartir listas de reproducción son ahora opciones mucho más accesibles, pero sin llegar a eclipsar el verdadero fin de Grooveshark: escuchar música sin complicaciones.
Tampoco se han olvidado de las opciones sociales de fuera de casa, y redes como Facebook o Twitter están ahora más integradas en el servicio. Nuevas secciones como la de explorar, que da protagonismo a los artistas que figuran en su catálogo o sus últimas incorporaciones, así como un listado de eventos, son un primer paso para facilitar la promoción de músicos en la web.
Sobreviviendo en un mar de tiburones
Paralelamente a su desarrollo técnico, los responsables del servicio siguen buscando la forma de acercarse a la industria discográfica cerrando acuerdos con las casas, muy reticentes al modelo aquí planteado. El único gran sello con el que Grooveshark tiene algo firmado es EMI, pero será interesante saber lo que ocurrirá ahora que su catálogo ha sido adquirido por Universal, la cual emprendió acciones legales contra este reproductor.
Va ser difícil que el sector acepte sin condiciones una propuesta que permite a los usuarios cargar su propia música, aunque no tenga licencia, para que cualquiera la pueda reproducir en su hogar sin pagar un duro. Pero mientras la herramienta no llegue a alcanzar un volumen lo suficientemente grande como para inquietar de verdad a las discográficas podemos estar tranquilos; las verdaderas complicaciones llegarán si crece demasiado.
Gracias a Rodrigo por el aviso.
Sitio oficial | Grooveshark
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