ElRubius, HolaSoyGermán, jPelirrojo, Focusings, JonTron, Dross, PewDiePie... seguro que algunos de estos nombres os suenan. Son los llamados "YouTubers", personas cuyos vídeos en YouTube han atraído a millones de suscriptores y en consecuencia una buena cantidad de beneficios gracias a la monetización que ofrece el portal.
Pero este tipo de actividad, la de intentar ganarse la vida con vídeos que has producido tú mismo y has distribuido por internet, ya existía antes de que YouTube se convirtiera en la enorme comunidad que es ahora. Este servicio lo ha puesto mucho más fácil, pero hay otros portales de vídeo que también monetizaban el contenido para beneficiarse dando una parte al creador.
Quizás algunos podáis hacer memoria: personajes como Dross subían sus vídeos a otros servicios antes que YouTube, Blip en este ejemplo. Pero con el paso del tiempo todo el mundo se ha ido moviendo hacia el portal de vídeos de Google. Doug Walker (el llamado Nostalgia Critic) hacía lo mismo, y el popular James Rolfe (Angry Video Game Nerd) tiene su propio portal llamado Cinemassacre con la ayuda de colaboradores.
Esos portales propios siguen activos, pero todos sus responsables han empezado de un modo u otro a participar en la comunidad de YouTube. Google parece haber acertado con su estrategia: lo primero en lo que piensa todo el mundo cuando se le menciona un vídeo en internet es YouTube, así que la montaña ha tenido que ir a Mahoma. Cualquier persona que quiera publicar vídeos tiene que estar presente en YouTube si no quiere pasar desapercibido.
Dross, por ejemplo, ha pasado a subir sus vídeos en YouTube y eso le ha permitido llegar recientemente al millón de suscriptores. Doug Walker y sus colaboradores críticos de cine están empezando a publicar sus novedades en YouTube bajo un canal con el nuevo nombre League of Super Critics. James Rolfe ha empezado a subir recopilatorios de sus mejores escenas en YouTube y no le está yendo nada mal. Y no hablemos ya de la exitosa Video Game High School, que ha tenido más visitas en YouTube que en su propio portal oficial de RocketJump. En España tenemos el ejemplo de Malviviendo, que también se ha terminado pasando a YouTube.
La cosa sigue a más si giramos la vista hacia las productoras profesionales. Cartoon Hangover está obteniendo resultados subiendo sus series (incluida su Bravest Warriors) directamente a YouTube, y los famosos documentales de VICE se pueden ver directamente en ese portal. Da igual la duración del vídeo, su monetización da un mejor resultado que en otros portales de vídeo.
YouTube tiene lo que nadie más ha conseguido: a todos los internautas
Este fenómeno es obviamente muy perjudicial para la competencia. Portales como Tu.tv, Dailymotion o Veoh ven cómo los internautas cada vez dependen menos de ellos, abrazando a YouTube como el portal de vídeos definitivo. Da igual que sus comentarios hayan puesto el sitio patas arriba, es un hecho. Lo peor es que luchar contra las infraestructuras de Google sólo está al alcance de muy pocas compañías. El único portal que está saliendo en cierto modo airoso es Vimeo, gracias a que pone por delante la calidad de los vídeos y la originalidad de sus creadores. A cambio de un precio, claro.
En resumen, YouTube se está convirtiendo poco a poco en el único portal de vídeos que da verdaderos resultados a los creadores. O simplemente, como es allá a donde va todo el mundo, todos los productores se han conformado y acostumbrado a él. No es que termine de ser una buena noticia, ya que los monopolios nunca son buenos.
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