Pese a que el vídeo tiene un atractivo irresistible (y a muchos les ha solucionado la vida), un estudio de la empresa BuzzAngle Music ha analizado los datos de consumo digital de música y vídeo en Estados Unidos y ha llegado a una sorprendente conclusión: el streaming de música superó al de vídeo de largo, confirmando la importancia de este tipo de servicios como plataforma para que los artistas ofrezcan su trabajo.
El estudio se centra en datos de Estados Unidos, comparando los seis primeros meses de 2016 con el mismo período de tiempo el año pasado. En ese intervalo, los norteamericanos hicieron en 2016 114.000 millones de reproducciones de audio, y 95.000 millones de reproducciones de vídeo. Comparando con los datos de 2015, la música en streaming ha crecido un 107%, mientras que el vídeo se queda en un 23% de crecimiento.
La ganancia general de todas las plataformas de streaming, comparando los seis primeros meses de 2016 con el mismo período de 2015, ha sido de un 58%, alimentada sobre todo por el espectacular crecimiento de los streams de música. En total se calcula que en estos seis meses se han realizado más de 209.000 millones de reproducciones en streaming, de las que más de la mitad eran de audio.
El estudio se ha ha basado en el consumo de contenido a través de plataformas como Spotify, Apple Music o Tidal para música, y YouTube para vídeo. Los datos son interesantes además a nivel de ganancias: una gran parte del streaming de música viene de las suscripciones de pago de servicios como Spotify y Apple Music, mientras que la mayoría de usuarios de YouTube sigue viendo vídeos con anuncios (a pesar del lanzamiento de YouTube Red). A esto hay que sumar que los royalties de las plataformas de música superan los ingresos de los anuncios en vídeo, lo que se traduce en más ganancias por reproducción para los músicos.
Otros datos interesantes del estudio son las clasificaciones de los géneros más escuchados (pop, hip-hop y R&B), los álbumes más consumidos ("Views" de Drake, "Lemonade" de Beyoncé y "25" de Adele) y la inclusión de algunos artistas fallecidos recientemente, como Prince y David Bowie, en las listas de los más vendidos.
Las ventas de música, de capa caída
Precisamente hablando de ventas, el estudio de BuzzAngle no arroja datos muy positivos al respecto. Como contrapartida al éxito del streaming, las ventas de música siguen cayendo en 2016, tanto en formato físico como en digital. En total han bajado un 14% con respecto a los seis primeros meses del año pasado.
Analizando por tipo, la venta de música digital bajó un 17% por ciento, mientras que las ventas en formato físico hicieron lo propio con un 9%. Esta bajada ha sido provocada sobre todo por la caída en venta de los CD (un 11% menos que en 2015). Ni siquiera los vinilos, con un sorprendente dato positivo de subida en ventas de un 17% gracias a su recuperada fama, ha podido frenar la tendencia general a la baja.
Aunque las ganancias por streaming de música todavía están lejos de los CD, el crecimiento en el uso de las plataformas de streaming podría ayudar a reducir esa diferencia. Ahora ya no vale con colocar el último álbum en Spotify y esperar sentado a que lleguen los cheques; hoy en día el trabajo de músico, si se quiere vivir (y vivir bien) de ello, implica involucrarse mucho más, y apostar por otras áreas de negocio más allá del estudio de grabación.
Vía | Techcrunch
Más información | Estudio de BuzzAngle Music
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