Con el dominio del streaming como la plataforma donde la gente más consume música, se ha hecho una práctica cada vez más común que los artistas ofrezcan la opción de "pre-save" para que guardemos sus discos en sitios como Spotify antes de que sean lanzados, y así escuchar tan pronto como sea posible.
Ahora, con esa función vienen más cosas en la letra pequeña que muchos ignoramos en nuestra emoción por acceder a la nueva música de nuestros artistas favoritos: todos los permisos que estamos concediendo a la discográfica que distribuye el álbum.
Como cuentan en Billboard, dicográficas como Sony Music son de las que más permisos solicitan al usuario cuando este pre-guarda un álbum. En una de sus últimas campañas, la cantidad solicitada incluso sobrepasó los 16 permisos adicionales.
Qué permisos se necesitan realmente versus lo que piden
Si alguna vez has pasado por este proceso quizás te detuviste al menos un minuto a revisar los permisos por encima, lo más obvio y necesario es que estés de acuerdo con que la discográfica añada elementos a tu biblioteca de Spotify, de otra forma no podría guardar la música en cuanto salga, pero la lista puede llegar a ser bastante exagerada.
Desde controlar Spotify en tu dispositivo, a gestionar a quién sigues en Spotify, crear, editar y seguir listas de reproducción por ti, controlar Spotify en todos tus demás dispositivos, conocer toda tu actividad en Spotify, desde las canciones que escuchas a quién sigues y lo que guardas, el tipo de dispositivo que usas, que suscripción tienes y hasta tu dirección de email.
¿Necesita una discográfica todos esos permisos para pre-guardar un álbum? No, pero nada impide que los soliciten, y rara vez nos detenemos a verificar qué tanta información estamos cediendo cada vez que aceptamos términos de cualquier servicio online.
Y no es algo exclusivo de Spotify, en Apple Music se encuentra una opción similar, aunque la descripción de permisos es más pequeña. Apple Music no comparte información privada de los suscriptores como el correo electrónico, pero si permite ver la librería musical y las canciones reproducidas, así como también controlar la creación y modificación de listas de reproducción.
La cantidad de permisos que se solicitan varía no solo entre disqueras sino entre artistas, dependiendo de la campaña. Por ejemplo, como cuentan en Xataka, Universal Music pide unos 10 permisos para guardar el próximo disco de Ariana Grande, incluyendo tu correo electrónico y tu fecha de nacimiento.
Mientras que paga pre-guardar el próximo disco de Taylor Swift, Universal pide solo 8 permisos, y en este caso no solicita ni tu fecha de nacimiento, ni tampoco saber quienes son tus artistas más escuchados, en cambio pide acceso para editar, crear y seguir playlists privadas.
Cuáles son los criterios de la discográfica para elegir qué permisos solicitar, es pues, un misterio, y si el artista tiene la más mínima influencia en estas decisiones, tampoco lo sabemos.
Este otro ejemplo de Warner Music Group eleva la lista a 11 permisos, añadiendo información sobre el tipo de suscripción de Spotify que tienes, y si quieres saber exactamente cómo van a usar todo eso, pues te mandan a consultar su política de privacidad, la de Warner Music Group, no la de Spotify, y sin ofrecer un enlace. Nos hacemos una ideas de cuántas personas la van a revisar.
En una era de recolección masiva de datos por parte de empresas como Facebook y Google, es fácil entender que otras empresas también quieran amasar datos sobre usuarios para no estar en desventaja.
Somos nosotros los que accedemos a estas prácticas constantemente, sin entender del todo bien qué tanto nos afectan y hasta donde va a parar nuestra información cuando la compartimos con un servicio y este las disemina a otras corporaciones. Ningún click en Internet parece tener nada de inocencia ya.
Ver todos los comentarios en https://www.genbeta.com
VER 3 Comentarios