Internet ha cambiado muchas leyes del juego. Las miles de personas que hoy en día alquilan sus casas en Airbnb no tenían una forma sencilla para hacerlo hace tan sólo cinco años; los artesanos que llenan las páginas de Etsy no tenían a su disposición un sistema capaz de conectar a vendedores con compradores, etc. Estos sectores se han visto, en parte, democratizados; las barreras de entrada se han minimizado hasta límites antes insospechados y estamos asistiendo a una explosión de creatividad.
Una explosión que también afecta a sectores más _arcaicos_ como el de la televisión y los contenidos audiovisuales. La transición en este caso ha sido más lenta: primero fueron creadas las plataformas para distribuir esos contenidos a cualquier rincón del mundo (Netflix, Amazon Instant Video, Wuaki.tv, etc) y ahora, una vez asentadas las bases, estamos viendo cómo las empresas acuden a otras formas para crear contenidos (películas y series).
Netflix y Amazon como líderes
Las compañías de Reed Hastings y Jeff Bezos son las que están liderando este tipo de iniciativas. Cuando se produjo el lanzamiento de Netflix hace unos años muchos vieron en el servicio una forma para combatir la piratería, ofreciendo películas y series bajo demanda. Sin embargo, este tipo de modelos presentan un problema: los contenidos son propiedad de otros (estudios, distribuidoras, etc) y las negociaciones son costosas tanto en términos de dinero como de tiempo.
Entonces en Netflix decidieron apostar por una fórmula que no había sido explorada con anterioridad en el sector: la creación y financiación de contenidos propios. Las producciones de HBO o Disney pasarían a competir con otras creadas por Netflix y su red de colaboradores. Es así como surgió House of Cards, la serie de Kevin Spacey que tan "buenas críticas ha recibido":https://www.genbeta.com/multimedia/kevin-spacey-sobre-netflix-el-dispositivo-y-la-duracion-son-hoy-en-dia-irrelevantes de usuarios y organizaciones.
Amazon, que ofrece contenidos audiovisuales _a la Netflix_ a todos los miembros de Prime en Estados Unidos, también siguió los pasos de la empresa de Reed Hastings apostando por trabajar en la creación de contenidos propios. En 2010 Jeff Bezos y compañía decidieron crear Amazon Studios y fichar a Roy Price, un veterano de Hollywood curtido en mil batallas, para liderar este nuevo proyecto del gigante de Seattle.
Cambios en la forma de juzgar los contenidos
Pero así como las similitudes entre los modelos de Amazon y Netflix son claras --ambos apuestan claramente por la creación de contenidos-- existen también una serie de diferencias importantes. La industria televisiva se ha movido desde hace décadas al ritmo de los pilotos, capítulos _cero_ de las series que son reproducidos para un grupo limitado de usuarios y que, según sus reacciones, son llevados a producción o no.
Pero el papel de estos _pilotos_ también está cambiando gracias al empuje de Internet y la democratización de servicios y productos. Los _pilotos_ han dejado de ser una parte fundamental del proceso de creación para convertirse en algo accesorio: Netflix no requiere pilotos y Amazon los utiliza de una forma diferente a lo habitual.
En un artículo publicado en el "Wall Street Journal":http://online.wsj.com/news/article_email/SB10001424052702304200804579163861637839706-lMyQjAxMTAzMDAwMjEwNDIyWj este fin de semana se describe con todo tipo de detalle cómo la empresa utiliza técnicas de Big Data para determinar si una serie tiene posibilidades de convertirse en un gran hit o no. En abril Amazon subió a sus servicios 14 pilotos de series _propias_ para que más de un millón de usuarios los viesen, votasen y por lo tanto ayudasen a tomar la decisión de producirlos o no. Dice el WSJ que "Amazon consiguió más de 20 páginas con información que detallaba cuántas veces se vieron los pilotos, cuántos usuarios le dieron una votación de 5 estrellas, cuántas veces fueron compartidos en redes sociales y con amigos, etc".
Esto supone un cambio importantísimo con respecto a cómo ha funcionado la industria televisiva en los últimos 20 ó 30 años. El poder deja de estar en unos pocos _focus groups_ y directivos y la opinión de los usuarios --los que finalmente van a ver y disfrutar de las series-- son tenidas en cuenta desde el principio. De los 14 pilotos Amazon escogió cinco que en los próximos meses se convertirán en series _de toda la vida_ y serán distribuidas a través de Instant Prime.
Los guionistas y productores afirman que iniciativas como la de Amazon y Netflix ofrecen mucha más libertad creativa que los sistemas tradicionales. Para guionistas y creadores estos sistemas son una forma nueva de intentar lanzar un producto, equiparable al papel de Etsy o Airbnb en sus respectivos sectores. Para la creación de estas producciones Amazon acude tanto a sus contactos en Hollywood como a la creatividad de escritores y guionistas independientes: la empresa de Jeff Bezos pagan hasta 55.000 dólares por los guiones que son entregados _online_. Si el piloto tiene éxito y se produce la serie, los creadores reciben hasta un 5% de los ingresos por merchandising y una cantidad por episodio que va desde los 4.000 dólares a los 2.500, según los episodios sean de una o media hora, respectivamente.
Tal es la importancia de estas nuevas iniciativas en el futuro de la industria que Amazon y Netflix tienen planeado invertir 1.000 y 2.500 millones de dólares este año, respectivamente. En un sector en el que muchos contenidos están controlados por terceros, Amazon y Netflix creen que el futuro está ahí fuera, en Internet, y quieren aprovecharse de la lentitud de otras instituciones para dar un paso adelante y coger el torno por los cuernos antes que nadie.
En Genbeta | Netflix tiene ya más suscriptores que HBO en EEUU. Y unos ingresos de 1.100 millones de dólares Imagen | Gustavo Devito
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