El futuro de RIM, las cosas como son, se ve un tanto dudoso. Los malos resultados financieros y continuos retrasos de BlackBerry 10 hacen que las perspectivas de futuro de RIM, para muchos, se reduzcan a un túnel con una luz al final. BlackBerry 10 se supone que es el sistema operativo que sacará a la compañía canadiense del hoyo pero, mientras, reconocen haberse planteado utilizar Android como sistema operativo para sus dispositivos. No sólo acabaron rechazando aquella idea, sino que toman BlackBerry Messenger como su particular clavo ardiendo. Y tienen razones para ello.
El nuevo CEO, Thorsten Heins, tiene claro que la compañía está en serios apuros. Su plataforma actual está muy retrasada con respecto a la competencia, sus dispositivos actualmente no despuntan en cuanto a hardware. BlackBerry 10 y la nueva generación tienen el cometido de intentar salvar a la compañía que, además, tiene como verdadero punto fuerte sus servicios (el push mail, BlackBerry Enterprise Server y el servicio de mensajería instantánea que tanto arrasa, sobre todo, entre los más jóvenes). Es normal y lógico que RIM quiera agarrarse a sus servicios y venderlos como superiores a la competencia: es lo que le está permitiendo sobrevivir ahora mismo.
Reconocen, también, que no tienen músculo para sacar tantos dispositivos como Samsung o HTC y que su único camino viable es el de la diferenciación. En el terreno de Android, de hecho, parece haber sitio para un único fabricante: precisamente Samsung. Pero que busquen diferenciación, no obstante, choca con el hecho de que se plantean seriamente licenciar su plataforma a otros fabricantes.
Y, llegado el caso de que algún fabricante además de RIM se atreva a lanzar un dispositivo con su plataforma… Pensadlo. Cuando los primeros dispositivos con BlackBerry 10 lleguen a las estanterías de los distribuidores el mercado estará atestado de aparatos con Windows Phone 8, iOS 6 (ambos con varios meses de madurez) y dispositivos con Android de todos los precios y sabores. Y queda más gente por unirse a la fiesta. BlackBerry 10, a primera vista, llega tarde, aunque probablemente no sea considerado del todo un fracaso debido a, precisamente, sus servicios añadidos.
Lo que hemos visto de BlackBerry 10 promete y mucho, pero hace falta algo más que eso para que esta plataforma triunfe. Buenos dispositivos (fabricados por RIM o por otros fabricantes; pongamos, Sony, Samsung o HTC) son, obviamente, un buen comienzo; las aplicaciones también tienen mucho que ver, pero el verdadero factor decisivo es el usuario, si le gusta lo que ve y si está dispuesto a comprarlo. Y va a jugar en su contra el mal nombre de BlackBerry entre, incluso, sus actuales usuarios y, sobre todo, el tiempo que va a tardar en cambiar eso.
Vía | VentureBeat | TechCrunch