Llevamos mucho tiempo hablando de cómo los pagos móviles pueden convertirse en la próxima revolución, y más con la llegada del sensor táctil que Apple acaba de incorporar en su nuevo iPhone 5s. El negocio está servido y todos ganan: los usuarios con la comodidad y las compañías tecnológicas aliadas con los establecimientos quedándose una porción de las transacciones.
No es el fin del dinero en efectivo, pero sí que podríamos pasar a utilizarlo mucho menos. Cualquier bien o servicio se puede llegar a comprar con el móvil, por muy barato que sea. Pero hay otras acciones además de los pagos que pueden salir beneficiadas, siendo la más hablada el traspaso de dinero entre personas.
h2. Las transacciones entre amigos, lo más difícil de solucionar
Que levanten la mano todos los que se hayan hecho un lío alguna vez con los pagos entre amigos. Te lo pago yo y ya me lo darás, esto lo pagamos a medias pero como te falta dinero me ocupo de tu parte, nos repartimos el gasto de este viaje a partes iguales, te ayudo que no tienes cambio de cincuenta... estas cosas siempre acaban con un ir y venir de efectivo que más que resolver alarga todavía más el problema.
Pero claro, si tenemos todos nuestra herramienta para pagar con el móvil... ¿qué nos impide poder pagarle a un amigo rápidamente cualquier deuda que tengamos con él? No estoy hablando del futuro, ya hay servicios como PayPal que nos llevan facilitando esto durante años. Pero no se usa.
La razón es que PayPal y resto de compañías que hacen este tipo de operaciones cargan una comisión. Y éste es el paso más difícil para que estos pagos calen hondo: que los usuarios acepten esta comisión. Pero hablamos de tasas que pueden llegar al euro para transacciones que normalmente son de tres a cinco euros, y nadie aceptará este tipo de comisiones.
Los usuarios lo tienen claro: cuando le dan un billete de cinco euros a un amigo ese amigo recibe cinco euros, y eso mismo quieren que pase cuando le demos cinco euros a un amigo mediante un servicio de pagos móviles. Pero hacer una transacción electrónica requiere el trabajo de unos servidores, y eso hay que pagarlo... ¿Encontramos un término medio?
Yo, por ejemplo, me negaría a pasarle cinco euros a un amigo utilizando el móvil si eso significa pagar una tasa de medio o un euro. Pero si esa tasa se redujese a unos meros céntimos (dos o tres, por ejemplo), entonces me lo pensaría. Porque por esos dos o tres céntimos ya valen ahorrarse el lío de monedas.
El servicio de transacciones se quedaría un céntimo, el banco (si hay tarjetas de crédito involucradas) se quedaría otro... es una miseria de comisión, pero que animaría a todo el mundo a hacer estas transacciones. Y una miseria de dinero multiplicada por millones termina siendo mucho dinero que no se conseguiría con las comisiones que hay ahora mismo. Prueba de ello es que son muy pocas personas las que pasan dinero de esta forma con aplicaciones como PayPal o Gogle Wallet.
Son más bien imaginaciones, pero lo cierto es que si los servicios de pagos online quieren monetizar las transacciones personales de una persona a otra sin que ningún negocio se vea involucrado, deben saber que nadie querrá hacer uso de éstas si las comisiones son demasiado altas. Y hoy por hoy lo son.
Estamos al principio de un cambio bastante importante en la forma con la que compraremos. Tardaremos años en apreciarlo, pero seguir su evolución va a ser interesante.
Imagen | Andrew Magill En Genbeta | Seis puntos clave para que un sistema de pagos con el móvil funcione
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