Hace unas horas, mi compañero F. Manuel os comentaba las cifras que publicaba hoy Google sobre Android. 450.000 aplicaciones en el Market, 300 millones de móviles con Android… Desde luego, cifras impresionantes que demuestran la fuerza del sistema de Google. Pero estas cifras deberían ir acompañadas de algo más.
Como demuestran estos números, Google lleva muy bien las cosas en el terreno de la cantidad, pero todavía le falta pulir cosas si hablamos de calidad.
Ice Cream Sandwich es un buen sistema pero, ¿de qué sirve si los usuarios no lo tienen?
La última versión de Android es Ice Cream Sandwich. Un sistema operativo genial, rápido, de última generación y el primer Android del que puedo decir que tiene un diseño increíblemente bonito. ¿Y por qué digo entonces que le falta pulir la calidad de Android?
Muy fácil. Ice Cream Sandwich está sólo en un 1% de los terminales con Android. Es prácticamente como si no existiese para los usuarios. Para ellos, Android es (con suerte) la versión 2.3 o la 2.2, sistemas buenos pero que no le llegan a la suela de los zapatos a ICS.
Antes, Google podía estar en una posición un poco más complicada para resolver esto. Pero ahora Android ya no necesita a los fabricantes para crecer: ahora es al revés. Google tiene una posición dominante, Android ya es un sistema establecido y la gente lo reconoce.
¿Y qué tiene que hacer Google ahora con esta situación? La solución obvia sería tomar la estrategia de Microsoft con Windows Phone, salvo por un “ligero” escollo: Android es libre y Google no puede obligar a nadie a nada. Como la prohibición no es una opción, lo que queda son incentivos.
Google tiene que trabajar con los fabricantes para que tengan las actualizaciones preparadas en menos tiempo. Convencerles de que les beneficia, de que los usuarios compran más móviles cuando sus fabricantes se preocupan de mantenerlos actualizados. No digo que tengan que convertirse en Apple o en Microsoft (sobre todo porque no pueden), pero sí corregir un poco la situación actual.
Las cosas cambiarían si de esos 300 millones de usuarios de Android, el 80% estuviesen actualizados dentro de las posibilidades de su móvil. La gente tendrá una percepción de Android como un sistema con más calidad simplemente porque tienen la versión más actual y que es obviamente mejor que las anteriores.
Las aplicaciones, un punto que también hay que mejorar
El Android Market también va muy bien en cantidad de aplicaciones, pero la calidad deja algo que desear. Hay varios problemas que Google tiene que atajar ahora mismo.
Uno de ellos son las aplicaciones basura. Seguro que las habéis visto, son aplicaciones que no sirven para nada, la mayoría intentando pillar a algún incauto que busca otra aplicación más conocida. No es un problema sólo del Market de Android, pero esto no quita que haya que corregirlo. E incluyo dentro de aplicaciones basura el malware, que como vimos el otro día todavía es una asignatura pendiente para Google.
De todas formas, las aplicaciones basura no son lo que más me preocupa. Me preocupan las aplicaciones legítimas pero que no tienen una buena calidad. Aplicaciones que no se abren, que no funcionan en ciertos teléfonos, que no hacen todo lo que dicen… Esto es fruto de la falta de control del Market, nadie revisa las aplicaciones y puedes publicar lo que te dé la gana.
Otro problema es la interfaz inconsistente entre aplicaciones. Botones que se comportan distinto según la aplicación, diseños que tienen poco que ver unos con otros… Al final, esto repercute en la facilidad de uso de la aplicación y en la percepción del sistema entero.
No digo que Google tenga que censurar aplicaciones, pero sí establecer un mínimo de calidad y controlar un poco más lo que hay en el Market. Android depende mucho de las aplicaciones que hay en el Market, y si hay demasiada basura la gente no tendrá una buena percepción del sistema.
Google va por el buen camino. Android cada vez va mejorando más, y está recibiendo el apoyo de los desarroladores, que están creando aplicaciones realmente buenas. Tienen que aprovechar esta fuerza para mejorar los puntos débiles de Android y conseguir un sistema todavía mejor de lo que es.