Cada vez son más las empresas que dependen de trabajadores que no están en una misma oficina. Ya sea porque dependen de trabajadores autónomos, terceras empresas o se traten de multinacionales. Para esos casos, y para las compañías que forman grupos de trabajo, no hay nada como un chat corporativo.
Más rápido y simple que el correo, este tipo de conversaciones online no distan mucho de lo que recordemos eran los canales IRC clásicos: usuarios con más derechos que otros, menciones individuales o generales, un título para la sala de conversaciones, mensajes privados entre dos miembros del chat... pero con añadidos como acceso desde varios dispositivos al mismo tiempo y un historial para buscar en el archivo de mensajes. Hay dos servicios líderes en este mercado: HipChat y Slack. Pongámoslos cara a cara.
Slack: mensajería entre equipos simple y cómoda
Slack se centra en unir a todos los usuarios de un equipo y asignarlos a canales, que vienen a ser salas en las que se habla de un proyecto o tema en concreto. Cualquier persona puede estrenar una de estas salas inscribiéndose en la web oficial, desde donde puede escoger el nombre de un subdominio.slack.com para sus salas de trabajo y mandar invitaciones por correo al resto de personas del equipo.
El modelo de negocio se basa en la cantidad de almacenamiento, en las integraciones y en el archivo que podemos buscar: podemos utilizar Slack gratuitamente con los usuarios que queramos y sin límites de tiempo, pero sólo podremos buscar hasta 10.000 mensajes en el historial. Los planes de pago van desde los ocho dólares por usuario y mes, y permiten buscar en un historial más grande. Los planes premium también nos priorizan en la cola para recibir asistencia técnica, y nos dan acceso a estadísticas de uso de nuestras salas de chat.
En cuanto a las integraciones, Slack puede presumir de funcionar codo a codo con 55 servicios. Almacenamiento de archivos con Dropbox, pagos con Stripe, lectura de Feeds RSS, resolución de problemas técnicos con JIRA, videoconferencias con Hangouts e incluso automatizaciones con IFTTT... hay de todo, y la compatibilidad es amplia con aplicaciones web y para Windows, OS X, iOS, Android y Windows Phone.
HipChat: adecuándose a la competencia
HipChat no dista mucho de Slack a primera vista, basándose también en salas de chat y usuarios con diversos derechos. Se integra con 75 servicios (aunque más técnicos y no tan populares que los 55 de Slack) y tiene sus propias llamadas VoIP de audio y vídeo. Hasta hace poco fue gratuito para equipos de hasta cinco usuarios y de pago para equipos más grandes, pero la presión de Slack les obligó a cambiar eso.
Ahora HipChat es gratuito para equipos de todos los tamaños, y permite 2,5 veces más mensajes en el historial: 25.000. Las conferencias de audio y vídeo quedan relegadas al plan de pago, junto con más almacenamiento en los servidores y historiales ilimitados de mensajes. Y como Slack, hay aplicación web y aplicaciones nativas para todas las plataformas más utilizadas. Y aquí podemos incluir Linux en la lista de plataformas nativas.
Entonces... ¿dónde están las diferencias?
Antes del cambio de estrategia de HipChat, las distinciones eran claras: Slack cobraba por almacenamiento y tamaño del historial y HipChat cobraba por tamaño de los equipos de usuarios. Ahora, tras la irrupción de Slack, ambas alternativas se han acomodado al mismo sistema: da igual las personas que se inscriban, hay que pagar si quieres deshacerte de las limitaciones del historial y del almacenamiento.
Basándome en mi experiencia personal (los editores de Weblogs SL utilizamos HipChat), podría resumir las diferencias en:
- La creación de un equipo y proyecto/s en Slack es bastante más sencilla, se hace en unos instantes desde la web y las instrucciones a seguir son claras para que cualquier usuario general lo entienda. No digo que HipChat peque de complicado (también es bastante fácil), pero se tarda un poco más en poner las bases para que un equipo hable entre sí.
- Acceder a una sala de HipChat desde la aplicación web cuesta un tanto demasiado: hay que entrar en la web, iniciar sesión y después pulsar en un enlace que abre el aplicativo. Slack ofrece acceso directo a la sala de conversaciones mediante el subdominio.slack.com que establecemos en el asistente inicial.
- La búsqueda de HipChat abre una web para mostrar los resultados, aunque la hagas desde una aplicación nativa. Un tanto absurdo. Slack hace sus búsquedas de forma nativa.
- HipChat tiene emoticonos basados en memes de internet. Eso es simple y llanamente insuperable. Aunque bueno, en Slack tenemos emoticonos del héroe de Wolfenstein y podemos subir emoticonos personalizados. Algo es algo.
Lo mejor será que resumamos todo lo aprendido en una tabla con las funciones principales:
HipChat | Slack | |
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La llegada de Slack como competidor ha hecho que ambos clientes ofrezcan prácticamente lo mismo con algunas diferencias sutiles
Como siempre pasa con estas cosas, no hay un mejor ni peor. Cada compañía o equipo de personas elegirá el que mejor sirva a sus propósitos, aceptando sus ventajas y sus inconvenientes. Lo más revelador de esta batalla por los chats corporativos ha sido la competencia de Slack, que ha obligado a HipChat a tener más manga ancha con sus precios y planes de negocio.
A modo de reflexión final, tanto HipChat como Slack tienen un objetivo en común: que ningún cliente de mensajería opcional les supere. Hay docenas de clientes de mensajería instantánea multiplataforma capaces de controlar a grupos de personas, y sólo falta que añadan algunas opciones extra para que el modelo de HipChat y Slack se vaya al garete. No creo que ocurra, pero no dudo en que los desarrolladores de ambas soluciones están atentos a todos los movimientos de esos servicios.
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