Que Apple es una empresa muy cerrada es algo que ya sabemos todos. Ese férreo control que ejercen sobre sus productos es visto por unos de manera positiva y por otros como algo pernicioso. Sin embargo, hay que reconocer que en ocasiones se les va “un poco” la mano, como en el caso que nos ocupa ahora: la licencia del programa que sacaron esta semana, iBooks Author.
Las licencias son eso que casi nadie lee pero todo el mundo acepta y a veces esconden sorpresas desagradables, como ha descubierto Dan Wineman, que se tomó la molestia de leerla. ¿Y cual es la sorpresa? Pues que todo lo que hagas con el programa, o lo vendes a través de Apple o no lo vendes. Puedes ofrecerlo gratis donde te venga en gana, pero de venderlo nada.
Pero veamos que es lo que dice. La licencia que aparece en el “About” de la aplicación viene encabezada por el siguiente texto:
NOTA IMPORTANTE: Si usted cobra una tarifa por cualquier libro o cualquier otro trabajo generado usando este software (un “Trabajo”), sólo podrá vender o distribuir dicho trabajo a través de Apple (por ejemplo, a través de la iBookstore) y la distribución estará sujeta a un acuerdo por separado con Apple.
Esta nota ya de por sí escama. Pero si seguimos leyendo, en la sección 2 de la licencia pone:
B. Distribución de su Trabajo. Como condición de esta licencia y suponiendo que usted está conforme con sus términos, su trabajo se puede distribuir de la siguiente manera: (i) Si su Trabajo se ofrece gratis (sin costo), usted puede distribuir el Trabajo por cualquier medio; (ii) Si su Trabajo se ofrece a cambio de un pago (incluyendo que sea parte de un producto o servicio basado en suscripciones) sólo podrá distribuir el Trabajo a través de Apple y tal distribución está sujeta a las siguientes limitaciones y condiciones: (a) se le requerirá llegar a un acuerdo escrito por separado con Apple (o con un afiliado de Apple o subsidiario) antes de que tenga lugar cualquier distribución comercial de su Trabajo; y (b) Apple podrá determinar por cualquier razón y bajo su sola discreción no seleccionar su Trabajo para la distribución.
Traducción de la traducción: lo que he dicho antes, que lo que crees con iBook Author o lo vendes por medio de Apple (de manera que así la compañía se lleva una parte) o no lo vendes. En principio se puede argumentar que, de todas formas, no se puede hacer de otra manera porque el programa genera unos archivos que sólo valen para iBooks. Pero es que también permite generar archivos en los formatos PDF y TXT. Y esos sí se pueden distribuir por otros medios (aunque dudo que nadie pague por un TXT). Eso sin contar con que podría aparecer otra plataforma que permitiese importar los archivos generados con Author.
<h2>“Un paso en una dirección preocupante”</h2>
Vamos por partes. Como indica en Information Week Mitch Stolz, abogado de la Electronic Frontier Foundation, este tipo de restricciones no son nuevas en el diseño de gama alta y en el software empresarial. Pero lo considera como un paso en una dirección preocupante porque las limitaciones afectan a un programa que facilita el proceso creativo especialmente para el usuario final.
Y es que, como dice Stolz, estas limitaciones no suelen ser habituales en aplicaciones pensadas para usuarios no especializados. Aquí Apple ha introducido de una manera oscura algo que los destinatarios (recordemos que no apunta sólo a las empresas, sino a cualquier tipo de usuario) no se esperan que ocurra: que no tengan control comercial sobre lo que producen.
Esto debe de hacer reflexionar a los autores que quieran utilizar iBooks Author, pues esa “exclusividad” resulta perjudicial para sus intereses. Lo mejor para cualquier autor es poder poner su obra disponible por la mayor cantidad de canales posible. Lo que no es de recibo es que termine atando su obra a un canal debido a la herramienta que ha utilizado para producirla. Y eso sin contar con que, como dice la licencia, podrían no aceptar distribuirla con el simple argumento de “porque yo lo valgo” (no, ni siquiera necesitan argumentos).
Y otro punto: ¿Cómo perseguiría Apple a los infractores? Porque lo dicho en la sección 2 pareciera estar ahí puesto a manera de trampa, preparada para saltar en cuanto pueda y, con que coja a un par de infractores importantes y les calce unas demandas, amedrentar a todo el que intente llevarle la contraria en este punto. Porque perseguir a todos los infractores lo veo más difícil que las persecuciones usuales dentro del ámbito del software.
En resumen, me parece una condición abusiva para con sus usuarios, colocada para aprovecharse de la mala costumbre que tenemos de no leer los términos de las licencias y de la convención de que, habitualmente, las licencias de software para usuario final no ponen límites a la comercialización de lo producido con el programa. Aún me quedan las dudas de que sea aplicable en la práctica, pero eso es otra historia. ¿Y vosotros? ¿Qué opináis acerca de todo esto?
Vía | Tinta-e
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