Lotus 1-2-3 era el rey de las hojas de cálculo cuando aún no existía Microsoft Excel. E incluso entonces, la compañía de Bill Gates aún tuvo que esperar a lanzar Excel 4.0 para arrebatarle el trono. Y esto sólo fue posible por la tardanza de sus desarrolladores a la hora de desembarcar en Windows, satisfechos con su cómoda posición de liderazgo en MS-DOS.
Sin embargo, Lotus lanzó en 1990 también una versión de 1-2-3 para el sistema operativo UNIX… una versión que tuvo poco impacto en el mercado (también aquí había llegado tarde, y su rival SCO había lanzado su propia suite) y que se dio por perdida durante muchos años…
…aparentemente, nadie en su compañía desarrolladora había considerado necesario guardar una copia… "¡era uno de los grandes nombres del software en aquel momento!" —pensaron— "¿Cómo iban a llegar a desaparecer todas las copias de alguna de sus versiones?".
El fan que buscaba un tesoro y encontró dos
En cualquier caso, permaneció perdida hasta que Tavis Ormandy, un absoluto fan de Lotus 1-2-3 (desarrolla un driver para permitir el uso actual de su versión para DOS), encontró a una persona que había ejercido como SysOp (hoy diríamos 'administrador') de una BBS a comienzos de los 90 y que conservaba los archivos en cintas.
En realidad, Ormandy no estaba buscando la versión para UNIX de este software, sino un kit de desarrollo de software de Lotus que en su momento permitía (previo pago de casi 400 dólares) crear 'plug-ins' para el software original. Sin embargo, al revisar los archivos de la BBS… ¡ahí estaba!.
Y Ormandy, por supuesto, se propuso, nada menos, que lograr ejecutar de forma nativa Lotus 1-2-3 en sistemas Linux. Eso presentaba algunos problemas: en primer lugar, el instalador contenía un montón de archivos TD0, un formato de archivos de discos comprimidos en desuso, que tuvo que investigar cómo convertir a otro formato.
En segundo problema era obvio: los viejos Unix son sistemas muy similares a Linux… pero no idénticos, y en este caso el formato binario (COFF, en lugar de ELF) no era el adecuado. Más que comprensible, porque en 1990 Linux ni tan siquiera existía aún. Pero Ormandy desarrolló un código que 'traducía' sobre la marcha las llamadas al sistema del binario Unix para que pudieran ser traducidas a las del sistema Linux.
Por último, estaba el tema de las medidas 'anticopia': la versión de Lotus 1-2-3 para UNIX incluía un verificador de la licencia para asegurarse de que ningún usuario de 1990 le estaba pasando copias a sus amigos de la oficina, por lo que Ormandy tuvo que 'hackear' el sistema para lograr que funcionara. Según cuenta en su web (llena de interesantes detalles técnicos), se siente legitimado para ello porque Lotus 1-2-3 for UNIX lleva 32 años siendo abandonware… y porque él mismo conserva aún una caja del programa con la clave de la licencia.
De tal modo que, bueno, Lotus 1-2-3 ya se puede ejecutar en Linux sin necesidad de emuladores, y el código que lo hace posible está disponible en Github.
Vía | Hackaday
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